En la columna de género Carolina Notalgiovanni profundiza en algunas potencialidades que ofrecen las TICs y las redes sociales en la lucha por la igualdad de derechos y la erradicación de la violencia machista.

 

«Por un lado estaría la potencialidad del escrache virtual como herramienta de denuncia pública y por otro lado la potencialidad de la contención, la sororidad con las víctimas de distintos tipos de violencia»

 

«Hay un estudio que se hizo en un grupo concreto de Facebook, un grupo feminista cerrado de mujeres que hacen los escraches (En Córdoba – Argentina) a la interna de ese grupo. La finalidad del grupo es por un lado poner en conocimiento del resto de las integrantes que tal persona es una acosador, advertir a las otras de ese peligro y se dan esa información y a partir de ahí puede empezar a surgir el efecto dominó, que otras mujeres reconocen que también les pasó o que lo vieron otro día.

En otros casos resuelven llevarlo a otro nivel de denuncia, a la justicia y también hay como categorías, como ellas lo organizan por ejemplo lo que es el machismo en la militancia progresista, que surge acá con varones carnaval que después derivó en varones de la universidad, de la política, de distintos espacios. Esta cuestión de los militantes compañeros que aparentemente son aliados feministas y que después resulta que varias tienen episodios de violencia o acoso con personas que integran esos colectivos. Otra categoría de este estudio de este grupo de mujeres es los abusos o acosos en el ámbito musical, ahí es como reiterado que ciertas personalidades del ámbito musical son reincidentes con el tema de los acosos»

 

«En muchos casos aparece la denuncia en estos ámbitos virtuales porque en alguna medida se encuentra alguna ineficacia en la realidad, en las instituciones competentes de poder canalizar debidamente ese tipo de episodios. Tiene que ver toda una red de contención que no hay y que en estos espacios se encuentran, porque en este grupo una premisa es que la compañera que manifiesta un episodio de violencia no es cuestionada ni puesta en duda su palabra»

 

Escuchá la columna completa aquí: