La moción también solicita al Poder Ejecutivo “la necesidad de la autorización previa del Estado Uruguayo ante una eventual enajenación de las acciones” de Katoen Natie y que envíen un proyecto de ley para crear una unidad reguladora de asesoramiento.
Minutos antes de las 6 de la mañana de este jueves, finalizó la interpelación al exministro de Transporte y Obras Públicas -quien hizo las veces de ministro interino- por el acuerdo para extender la concesión de Terminal Cuenca del Plata por el Puerto por 50 años. El acuerdo firmado con la empresa Katoen Natie desató una serie de críticas y reparos de la oposición que fueron planteadas durante las casi 20 horas de interpelación.
La finalización se dio cuando la coalición de gobierno aprobó una moción que entendió satisfactorias las explicaciones de Heber, pero que destaca que la coalición «ha tenido que buscar soluciones dada la situación generada por las administraciones anteriores que expusieron al país a reclamaciones internacionales y serios perjuicios de la actividad portuaria, comprometiendo seriamente el futuro del Puerto de Montevideo».
En la moción hicieron lugar a una solicitud de Cabildo Abierto y pidieron que se establezca “la necesidad de la autorización previa del Estado Uruguayo ante una eventual enajenación de las acciones” de Katoen Natie.
Los senadores frentistas quisieron llevar adelante una moción de censura, pero no reunió los votos necesarios. Entendieron que las justificaciones de Heber son “manifiestamente inconstitucionales, ilegales e inconvenientes con gravísimas consecuencias sociales y económicas”.
Durante la sesión, Heber anunció que darán lugar a un pedido del Partido Colorado y enviarán un proyecto de ley para crear una unidad reguladora de asesoramiento de la Administración Nacional de Puertos (ANP).
El miembro interpelante, Charles Carrera, se inmiscuyó desde el primer momento en el tema y destacó durante toda la sesión que este acuerdo compromete la soberanía nacional. Además, realizó reparos sobre los costos. Estiman que US$ 2.000 millones. En otro orden, desestimó la posibilidad de un juicio que complique la situación del Estado, si hubiera habido alguno, lo consideraban «ganado».
Heber, por otra parte, se refirió a las justificaciones de porqué el acuerdo está apegado a la ley y la potencia regional que este acuerdo le ofrece al país. Señaló que la soberanía nacional es tener “un buen puerto, eficaz, barato y competitivo” en la región. “Ahora, 30 años después dicen que es maravilloso. El problema es que el Frente Amplio viene 30 años atrasado y reconoce lo que nosotros dijimos. Quizás en los próximos 30 años nos den la razón de que esto fue altamente positivo”, indicó.
Más allá de los argumentos de rigor, la interpelación tuvo varios momentos de tensión y cruces entre los senadores, por motivos no estrictamente relacionados al Puerto de Montevideo.
Andrade hizo alusión a un senador ausente y la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, hizo un pedido de orden. En ese momento, senadores del Frente Amplio acusan a Argimón de no actuar en forma ecuánime, antes ocurrió a la inversa (un senador de la coalición hizo alusión a otro de la oposición) y la vicepresidenta no intervino. La senadora Liliam Kechichian fue quien reclamó a la presidenta del senador por actuar sin “ecuanimidad”.
Heber tildó la interpelación como “un diálogo de sordos donde no se debaten argumentos”.En su exposición el jerarca dijo que lo que le gustaría es “tener en frente gente que debata con argumentos”, agregó que a su entender lo que va de la jornada fue “una tozuda insistencia en volver a decir esto es un monopolio cundo hemos demostrado a las claras que no lo es”.
Dijo además que los legisladores frentistas estaban «muy sueltos de lengua” y que “hace 35 años que estoy en esta casa, nadie puede manchar mi nombre, ni el de mis hijos, ni el de mis nietos”. Afirmó que no iba a “caer” en los descalificativos porque “desprestigian” la discusión.
Foto: Joaquin Fernandez / FocoUy