Rafael Perandones, psicólogo especialista en duelos dijo que “lo peor que podemos hacer es tapar los dolores”.
El psicólogo especialista en duelos, Rafael Perandones, se refirió a cómo afrontar las fiestas de fin de año debido a la ausencia de seres queridos, tras dos años de pandemia. “En estas épocas se resigifican todos los duelos por distintas razones”, indicó en entrevista con Punto de Encuentro. El especialista apuntó a “no dejar de festejar, la vida sigue. Si dejamos de festejar porque estamos en duelo, estamos poniendo el foco en la muerte en la vida”.
“En estas épocas se resigifican todos los duelos por distintas razones. Estas fechas tienen todas las cuestiones de las reuniones, las ausencias se hacen más presentes. Son las ausencias de las personas que ya no están por los motivos que sean. Este año se va a sentir mucho más por todos los efectos de la pandemia”. Recordó que desde que empezó la pandemia “llevamos más de 6.000 muertes”.
Perandones señaló que la pérdida del empleo ha sido importante para el ánimo de las personas, más aún “en este tiempo que desata una fiebre consumista por las fiestas. Si uno mira la publicidad, se apunta a volver a las fiestas como las teníamos antes. Esa necesidad de recuperar todo eso que perdimos”.
“Estamos como en efervescencia, es una especie de defensa maníaca de pensar en las compras, las despedidas. Es una forma de ocupar la cabeza en otras cosas para no tomar contacto con el dolor”, consideró.
«Hay mucha gente que perdió su trabajo, o que hay subtrabajos. Que hay mucha informalidad. Seguros parciales, y algunas situaciones que no son tan claras. Eso implica mucha inseguridad», indicó Perandones. Hay necesidad de recuperar lo perdido por la pandemia, dijo, sobre «volver a las fiestas de antes» del Covid. “También hay pérdida de percepción del tiempo”, sostuvo.
Perandones indicó que “el duelo implica un dolor que es inevitable, lo peor que podemos hacer es tapar esos dolores. Si se lo tapa, es cuando se genera los duelos patológicos porque la persona no proceso. Uno de los momentos cruciales, es la aceptación de la pérdida. Hay que dejar que el dolor se exprese. La persona tiene que dejarlo suscribir a ese dolor porque es la única forma de poder sanar la herida», acotó.
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