El mandatario aseguró que sucedió en la operación antiterrorista lanzada en el noroeste de Siria la pasada noche, donde al menos 13 personas murieron.

El presidente Joe Biden aseguró que el líder del autodenominado Estados Islámico, Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, murió en la operación llevada a cabo por las fuerzas especiales estadounidenses, este 3 de febrero, en la provincia de Idlib, noroccidente de Siria. En el ataque fallecieron al menos 13 personas, entre ellos seis menores y cuatro mujeres, según confirmó la Defensa Civil Siria.

El líder del autodenominado Estado Islámico fue «eliminado en el campo de batalla», anunció el presidente de Estados Unidos Joe Biden, tras la operación de las fuerzas especiales de EE. UU. este 3 de febrero contra una vivienda en la provincia de Idlib, noroccidente de Siria.

“Gracias a la habilidad y valentía de nuestras Fuerzas Armadas, hemos sacado del campo de batalla a Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, el líder del grupo Estado Islámico. Todos los estadounidenses han regresado sanos y salvos de la operación”, agregó el mandatario en un comunicado.

Por más de dos horas, una operación del Ejército estadounidense sacudió el pueblo sirio de Atmeh, cerca de la frontera con Turquía. Al menos 13 personas murieron, incluidos seis menores y cuatro mujeres. Las fuerzas especiales bajo la dirección del Mando Central de EE.UU. descendieron en helicópteros cerca de un área colmada de campamentos para personas desplazadas internamente por la guerra civil.

“La misión fue exitosa (…) No hubo bajas estadounidenses. Se proporcionará más información a medida que esté disponible”, aseguró previamente el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, en un breve comunicado.

Fuentes sirias ya habían indicado horas antes que el objetivo fue un yihadista. Sin embargo, la Defensa Civil Siria, conocida como los Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que opera en las áreas del país controladas por la oposición, confirmó las muertes de los civiles. Los fallecimientos también fueron corroborados por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Foto: Adam Schultz