El dinero recaudado en la subasta, que asciende a 210 mil dólares, será vertido a las arcas del Estado, que lo destinará luego a las instituciones que crea conveniente.
Durante dos días el hotel Sheraton de Colonia fue sede de la subasta dispuesta por resolución judicial, en la que se logró colocar el 98% de los lotes ofertados, algunos de los cuales se componían de hasta 80 elementos.
Según informó la casa de subastas Waldemar G. Carbajal a El País se vendió una camioneta Land Rover Evoque extra full de 2014 por US$ 33.000, un auto de carreras Fórmula 4 por US$ 6.500, un pabellón uruguayo de 1830 por US$ 4.000 y una guitarra Fender Telecaster de la década de 1960 por US$ 2.600. Estos son algunos de los precios que se pagaron (más una comisión del 15%) en lo que se dio a llamar el “Remate del siglo”.
Participaron interesados de varios departamentos y de Argentina y Brasil, atestando por momentos el amplio salón de eventos y las salas de exhibiciones del hotel coloniense. Solamente se retiró del catálogo un conjunto de monedas históricas a pedido de la Comisión de Patrimonio Histórico, que no pudo analizarlas a tiempo.
Según publica El País, el enorme conjunto de piezas (entre las que había, además, pinacoteca, escultura, mobiliario, platería, vajilla, juguetes antiguos y medallas históricas) fue incautado en la Operación Fraude Universitario, que puso al descubierto una trama delictiva a través de la cual, durante años, se emitieron títulos universitarios falsos desde Uruguay para todo el mundo, un caso que impactó fuertemente en la opinión pública.
El operativo policial culminó con la condena de nueve personas por la comisión de distintos delitos, entre ellos, “asociación para delinquir”, “estafa y lavado” y “autolavado de activos”.
El dueño de todos estos objetos había comenzado a coleccionarlos a partir de 2004, transformándose en un acumulador compulsivo, aunque no sería hasta 2018 que se iniciara la investigación en su contra.
El dinero recaudado en la subasta, que asciende a 210 mil dólares, será vertido a las arcas del Estado (el dinero es manejado por el Fondo de Bienes Decomisados), que lo destinará luego a las instituciones que crea conveniente.