Desde Piriápolis, Martín Kesman estuvo en vivo para La Oral Deportiva junto a un excampeón de América y el Mundo con Peñarol, Luis Maidana, quien a sus 88 años, contó como palpita un partido, que tiene historia intangible, pese a tratarse de algo a nivel juvenil.
El nombre llama a las viejas glorias, la inigualable Copa Intercontinental, que el fútbol uruguayo la jugó ocho veces y la ganó en seis oportunidades, en otros tiempos, donde tanto Peñarol como Nacional aspiraban a lo más grande y no miraban tanto la entre casa.
Año 1961, el aurinegro llegaba como bicampeón de América tras obtener de manera consecutiva, su segunda Libertadores, al vencer a Palmeiras en la final. Clasificaba así a disputar su segunda Intercontinental ante Benfica de Eusébio, que cortó una racha de títulos a nivel de Copa de Campeones de Europa, de Real Madrid.
Benfica gana 1-0 con gol de Columna el primer juego, y en el segundo Peñarol golea 5-0 con tantos de Alberto Spencer y José Francisco Sassía en dos oportunidades cada uno, y Juan Joya. Era necesario un tercer partido que Peñarol propone jugar en Montevideo con la mitad de la recaudación para cada equipo pero el club portugués pedía colocar a su máxima estrella.
El acuerdo se dio y en el juego definitivo en Montevideo, el aurinegró ganó 2-1 con goles de Sassía, mientras que para las águilas lusitanas, marcó el propio Eusébio. El conjunto dirigido por Roberto Scarone, tenía a Luis Maidana; Santiago Pino o Edgardo González, Williams Martínez, Nuber Cano, Walter Aguerre; Abel Linaza, Néstor Goncalves o Roberto Matosas, Luis Cubilla, José Francisco Sassía, Alberto Spencer y Juan Joya.
Justamente, 61 años después en el mismo estadio, se disputará la final Intercontinetal Sub 20 entre ambos equipos, el próximo domingo 21 de agosto, desde la hora 16.30. Maidana dijo a La Oral Deportiva que «nunca pensé que se fuera a disputar un partido así. Tengo todo conversado para ir a ver al partido (entre risas)».
Contado por él, «en aquel momento (1961) teníamos un buen equipo como ellos. Teníamos mucho tiempo jugando juntos. Benfica tenía a un entrenador como Bella Gutman que después vino a Peñarol también. Me acuerdo que en Lisboa dominamos mucho el partido y la pelota pegó en los palos. Fue increíble. No merecimos perder y después en Montevideo ganamos. El tercer partido debíamos jugar en Brasil u otra cancha neutral y Peñarol pidió a los dirigentes de Benfica volver a jugar en Montevideo. Ellos aceptaban si dejábamos que trayeran a Eusébio. Cataldi dijo que sí y así fue. Incluso él me hizo el primer gol de ese partido que por suerte pudimos ganar».