Aunque su figura aún genera resistencia en el equipo y el sistema de salud uruguayo, la doula se ha ganado la confianza de la embarazada y su acompañante afectivo.

En nuestro país, existen más de 600 mujeres que desde la apertura del Instituto Perinatal del Uruguay (IPU) en 2006, decidieron formarse como especialistas para brindar apoyo físico y emocional, contención y orientación a la mujer embarazada durante el proceso de gestación, parto y postparto. No todas continuaron con esa tarea. Sin embargo, esta figura llamada doula -que lejos está de ser una profesión de moda-, vuelve a tomar fuerza y ser esencial en el momento más trascendente en la vida de una mujer.

La directora de IPU, Rosa Rinaldi conversó con Punto de Encuentro y afirmó que son varias las situaciones que llevan a que las mujeres tomen la decisión de solicitar acompañamiento de una doula o incluso, hacer la formación. Experiencias maravillosas de parto que desean compartirlas con otras; algunas que fueron acompañadas por doulas y eso les despertó el interés por la formación, y desafortunadamente, otras que han tenido experiencias horribles con marcas emocionales muy fuertes.

Escuchá las declaraciones de la cofundadora de IPU, Rosa Rinaldi sobre los motivos que llevan a formarse como doula:

La llegada de su hijo Felipe significaba comenzar a transitar un nuevo camino para ella y su pareja. Lucia Brusco fue madre por primera vez en 2020 y durante la entrevista con Punto de Encuentro, dijo que el miedo más grande que tenía era el parto. Concretamente, temor a que su cuerpo «no estuviese preparado» para vivir la experiencia del parto vaginal y tener que recurrir a la cesárea.

«El acompañamiento que pedimos fue de todo el proceso a partir del tercer trimestre de embarazo. Te nutre en todo, para que además vayas a la institución con un plan de parto y eso te da cierta seguridad y empoderamiento porque vas con información», explicó.

Escuchá las declaraciones de Lucia Brusco sobre su experiencia con el acompañamiento de una doula:

Tanto médicos como doulas, coinciden en que su participación en el proceso de parto es beneficiosa para las madres y sus bebés porque además, utilizan medidas no farmacológicas para alivio del dolor, las cuales han demostrado ser muy eficaces, permitiendo disfrutar del nacimiento del bebé.
Sin embargo, algunas instituciones médicas de nuestro país no les permiten el ingreso a sala de parto porque su figura como técnicas no es reconocida. Entonces, si nos apegamos al protocolo que establece que la mujer debe escoger solamente una persona para ser acompañada, esta debe elegir entre su referente afectivo (pareja o familiar) y la doula, generándole un fuerte sentimiento de inseguridad y preocupación.

Además de doula, Alicia Abad es educadora y masajista pre natal. Se formó en 2017 en IPU y sus primeras experiencias fueron como doula comunitaria. Hasta el momento, acompañó a más de 100 mujeres y es considerada una de las más conocidas. Las comunicadoras Noelia Etcheverry, Anahí Lange y Andy Vila fueron acompañadas por ella.

Sobre el vínculo entre las doulas y las instituciones médicas, Abad le dijo a Punto de Encuentro que es una realidad que en algunas «son muy bienvenidas y en otras no» y entiende que lo que podría solucionar esta situación, es la instalación de una ley que regule su labor y les permita «trabajar libremente y ser incluidas como parte del equipo de salud».

Escuchá las declaraciones de la doula, Alicia Abad sobre el vínculo con las instituciones médicas:

Según supo Punto de Encuentro, el acompañamiento de una doula cuesta aproximadamente entre 15 mil y 20 mil pesos. El trabajo con la embarazada y su referente afectivo suele iniciar a partir del tercer trimestre con tres encuentros previos al nacimiento para abordar la planificación del acompañamiento, información sobre derechos, fisiología del parto y medidas de comodidad. Luego, acompaña ininterrumpidamente durante todo el trabajo de parto hasta el nacimiento y finalmente, hace tres visitas postparto apoyando lactancia y puerperio, dos etapas que tanto ellas como madres coinciden en que son «muy intensas».

Por otra parte, el presidente de Casmu, Raúl Rodríguez dialogó con Punto de Encuentro y declaró que en la institución se conversó sobre la participación de las doulas durante el parto, pero ante la falta de jefe efectivo del área de ginecobstetricia, prefirieron no instrumentarlo. Sin embargo, explicó que si bien él lo ve como «algo positivo», la tesitura médica hasta ahora es que «mucha gente en el block, puede impedir -en caso de una complicación- una atención rápida de la señora y el bebé».

Un concepto que Rodríguez colocó sobre la mesa, fue la «resistencia a los cambios». Él argumenta que hay que considerar un «momento histórico que sea adecuado para que ese cambio pueda darse y ser efectivo» para todo el sistema. Un ejemplo de esto, es el programa de ingreso de mascotas terapéuticas en la internación pediátrica que Casmu incorporó en 2021.

«Eso hace tres años, determinó la exoneración de una licenciada por haber ingresado un perro como acción terapéutica. Es decir, que los cambios se vienen dando», recalcó.

Escuchá las declaraciones del presidente de Casmu, Raúl Rodríguez sobre los cambios en el sistema de salud:

Para convertirse en doula, el IPU brinda una formación abierta a mujeres y hombres de todo el país. Rinaldi comentó que tiene una duración de cuatro meses donde se dictan 9 módulos de 10 horas teóricas cada una, con 40 horas de práctica y 4 horas de autoevaluación; el costo es de 3.900 pesos por mes y los encuentros se realizan los sábados cada 14 días. Lo que se deja bien en claro, es que la doula no presencia partos si no está presente una partera, médico obstetra o ginecólogo, y en ningún caso realiza tareas clínicas.

El acompañamiento de la doula es amoroso e ininterrumpido durante todo el trabajo de parto, nacimiento, comienzo de la lactancia y el puerperio inmediato. Foto cortesía de Alicia Abad.

Escuchá las declaraciones de la cofundadora de IPU, Rosa Rinaldi sobre el curso de doulas:

Otro de los motivos por los que se elige a la doula, es el miedo a sufrir violencia obstétrica. En Uruguay, existe la ley 19.580 (Ley de Violencia hacia las Mujeres basada en Género) promulgada en diciembre de 2017, donde el artículo 6 la reconoce como una de las tantas formas que existen: «Toda acción, omisión y patrón de conducta del personal de la salud en los procesos reproductivos de una mujer, que afecte su autonomía para decidir libremente sobre su cuerpo o abuso de técnicas y procedimientos invasivos».

«Por momentos, me sentí violentada por la mutualista», recuerda Brusco al ser consultada sobre su experiencia de dar a luz. Un parto vaginal que tuvo que ser suplida por una cesárea programada a las 41 semanas y media porque el decolamiento de membranas no se pudo realizar.

«No sentí empatía de ningún tipo. Si bien uno va preparado, pensando en que estas cosas pueden pasar, se supone que estás en un sector de maternidad y se debería entender que la mujer está vulnerable, recién operada. En mi caso que fue cesárea, de la mayoría de las personas no fue así, incluso me llegaron a decir: ‘No podes decir ‘no puedo’ porque vos ahora tenes que poder todo'».

Escuchá el testimonio de Lucia Brusco sobre la violencia obstétrica:

Si corremos la mirada del contexto actual, podremos observar como a lo largo de la historia, el cuidado del embarazo, parto y postparto han vivido grandes transformaciones. A finales del siglo XIX, la medicina moderna comienza a hacerse cargo a través de un proceso de medicalización que pondera el control de riesgos y la intervención. Lentamente, esto fue nublando de alguna manera la «memoria biológica» de la mujer, dado que ya no posee la misma autonomía sobre su cuerpo.

Un parto medicalizado, según define el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, es aquel donde «se realiza intervenciones protocolarias desde el inicio, independientemente de si son necesarias o no, entorpeciendo el proceso fisiológico espontáneo». Las doulas, como menciona Abad, vienen a recordarle a la embarazada que «tiene las herramientas y que conoce su cuerpo como para parir a su bebe de la forma que sea».

«Esto no todo el mundo lo sabe, pero el Ministerio de Salud Pública sugiere que se haga un plan de nacimiento y eso tiene que ver con las preferencias que tiene cada pareja o cada mujer a la hora del nacimiento de su bebé, sea un parto vaginal o cesárea, y eso antes no existía», informó.

Escuchá las declaraciones de la doula, Alicia Abad sobre la medicalización del parto:

La periodista y comunicadora de canal 10, Noelia Etcheverry se convirtió en mamá el 12 de abril de 2021. Olivia llegó en la tarde y por parto natural. «Arrancamos el trabajo de parto bailando bachata, pero luego se puso intensa la cosa», recordó entre risas. Al conversar con Punto de Encuentro, coincidió en lo «transformadora» que es la relación con la doula y explicó que la diferencia con cualquier otra persona radica en la información y la seguridad que esta te brinda. «Es un vínculo para toda la vida», señaló.

Durante el último trimestre del embarazo, a Noelia le detectaron lo que ella denomina una «enfermedad silenciosa» llamada colestasis gravídica -un trastorno hepático que se presenta al final del embarazo- la cual le despertó un miedo muy grande, ya que si no se controla a tiempo, puede ser desencadenar en la muerte del feto.

Escuchá las declaraciones de la comunicadora, Noelia Etcheverry sobre su experiencia de embarazo:

Afortunadamente, como dice Etcheverry, hoy lo puede contar con naturalidad. Sin embargo, no todas las parejas tienen esa posibilidad. En Uruguay, al año nacen 300 bebés sin vida, según expone Luz del Cielo, la asociación que brinda apoyo y contención a padres que han sufrido la pérdida de su bebé.

Abad afirma que acompañar a una pareja que ha sufrido una pérdida de esta índole, es una de las tareas más difíciles que puede enfrentar una doula. «Nunca estás preparado para eso, pero si es muy importante formarte como acompañante en duelo perinatal», señaló.

«Hay momentos en que es mucho mejor no hablar y si acompañar desde el abrazo o desde la palabra confortable, o solamente estar ahi presente. Pero para eso también es importante formarse. En otras culturas se toma diferente, es más, se hacen rituales. Sin embargo, en nuestra cultura esto es difícil», finalizó.

Escuchá las declaraciones de la doula, Alicia Abad sobre las muertes perinatales:

Escuche el informe completo presentado en Punto de Encuentro:

Foto de portada: Cortesía de Alicia Abad