María (nombre ficticio) es una adolescente de 16 años que actualmente vive bajo la custodia de INAU. La vida hizo que con tan solo 5 años perdiera a sus padres por lo que quedó a cargo de una tía y una abuela.

Si bien en varias oportunidades sus familiares iniciaron los trámites para su institucionalización definitiva, hasta el momento la acción no se había concretado. Hasta este año…

María ingresó tras ser institucionalizada al Centro Magnolia, una de las tres puertas de entrada que tiene INAU para adolescentes mujeres. Allí mediante salidas acordadas las adolescentes realizan diversas actividades, incluso algunas de manera complementaria para ayudarlas en sus estudios.

Según una denuncia radicada a Radio Universal por funcionarios tercerizados de otro centro que trabaja en coordinación con INAU y a donde María concurría para reforzar su actividad curricular, en los últimos meses ha presentado algunos cambios en su actitud, sus hábitos y conductas. Esto despertó preocupación en sus referentes y Punto de Encuentro investigó sobre la situación de la joven.

En pocos meses María aumento el flujo de sus salidas, la pasan a buscar en diferentes vehículos,  aparece con ropa y celulares nuevos y ha aumentado su exposición en redes sociales con fotos íntimas. Además su aspecto físico se ha deteriorado y en un encuentro con referentes de este centro presentaba lesiones en su cuerpo y una fractura.

 

Para los funcionarios, los equipos técnicos de INAU están desbordados y las adolescentes «están en riego» y no existe un abordaje «integral» para las problemáticas que presenta ésta y otras adolescentes.

«Evidentemente INAU no está pudiendo controlar ni gestionar ni sostener estas situaciones»

Según indican además el «sistema está colapsado». Y las adolescentes que ya llegan con un problema de «vulneración de derechos» no encuentran los apoyos suficientes para salir adelante. La preocupación de los funcionarios radica en que María pueda terminar siendo víctima de prostitución o de trata.

El caso de María, no es el primero y seguramente no sea el último. El 27 de abril de este año, el diario El País daba cuenta de una situación muy similar con una adolescente de esta misma edad. Y en esa oportunidad también habían sido funcionarios de organizaciones civiles los que habían hecho la denuncia. 

De hecho también denunciaban situaciones irregulares a las que se sumaban robos y situaciones vinculadas a la infraestructura como por ejemplo, baños con agua fría. 

Cristina Prego coordinadora del proyecto Autonomías Colectivas y codirectora de la ONG El Paso, sostuvo en entrevista con Punto de Encuentro que “la trata de personas en Uruguay sigue siendo un problema grave, porque es un problema de derechos humanos, pero es un problema invisibilizado”.

Más de 300 mujeres en situación de trata fueron asistidas por los servicios de Inmujeres en los últimos cinco años. El dato se desprende de un informe elaborado por el proyecto Autonomías Colectivas, que brinda un panorama actual sobre esta problemática en el país, en particular, de los impactos de la pandemia sobre el fenómeno en sí mismo y sobre las víctimas.