El ahora excanciller, Francisco Bustillo, expresó que no dio declaraciones a la prensa, luego de su comparecencia ante el fiscal de Delitos Económicos y Complejos, Alejandro Machado, quien buscará determinar responsabilidades en la emisión del pasaporte uruguayo al narcotraficante, Sebastián Marset, pero sí entregó un comunicado donde expresa sus descargos.
En el documento entregado a la prensa sostiene que:
El intercambio de mensajes entre Guillermo Maciel y Carolina Ache son comunicaciones privadas y no constituyen documentación inicial.
En el curso de esa investigación administrativa , la funcionaria instructora le solicitó dos veces consecutivas a la Dra Ache que aportara los Whatsapp. Ella se negó en ambas oportunidades.
En una tercera oportunidad, Carolina Ache convocó a la instructora a concurrir a su despacho, quien pensó que era para entregarle los mensajes requeridos oportunamente. Sin embargo, se encontró con que Ache estaba acompañada por su abogado el Dr Jorge Díaz.
Cuando recibió el primer mensaje y fundamentalmente , cuando se expidió y entregó el pasaporte a Marset, era la propia Ache quien estaba ejerciendo como Ministra de Relaciones Exteriores, dado que yo me hallaba en Misión Oficial en el exterior.
Finalmente, reitero que no solo no tuve participación alguna, ni tan siquiera conocimiento de la tramitación del pasaporte del señor Marset. En el Parlamento, no falté a la verdad.
A continuación la carta que entregó Francisco Bustillo:
«Como todos ustedes saben, impera por mandato legal la reserva de las actuaciones de la presente investigación preliminar ante el Ministerio Público.
No obstante, creo que es mi deber formular las siguientes aclaraciones:
«1. El intercambio de mensajes entre Guillermo Maciel y Carolina Ache son comunicaciones privadas y no constituyen documentación oficial.
De su contenido tomé conocimiento recién horas antes de la interpelación, donde anuncié y dispuse una investigación administrativa en la que no tuve la más mínima injerencia.
2. En el curso de esa investigación administrativa, la funcionaria instructora le solicitó dos veces consecutivas a la Dra. Carolina Ache que aportara los whatsapp. Ella se negó en ambas oportunidades.
3. En una tercera oportunidad, Carolina Ache convocó a la instructora a concurrir a su despacho, quien pensó que era para entregarle los mensajes requeridos oportunamente. Sin embargo, se encontró con que Ache estaba acompañada por su abogado, el Dr Jorge Díaz, quien cuestionó a la instructora y aportó su escrito, que consta en la investigación administrativa. En este indicaba que, al pretender la entrega de esas comunicaciones personales, había un desvío del objeto de la investigación y le atribuyó un ánimo pesquisante. Ante esa rotunda negativa, la instructora debió culminar la investigación sin contar con dichas comunicaciones.
Cansado de esos reiterados y continuos planteos de Ache, y para terminar ocn este diálogo que en nada me vinculaba, es que le dije figuradamente que «perdiera» el teléfono en la conversación que ella subrepticiamente grabó, aislando y descontextualizando o que venía sucediendo en todo ese tiempo, durante el cual me planteaba constantemente sus dudas.
Luego, cuando se le requirió los mensajes para entregar a la justicia contenciosa administrativa, me planteó por escrito que solo lo haría, si yo lo ordenaba.
Finalmente, accedió a entregarlos y se le indicó que lo hiciera en la Asesoría Jurídica del Ministerio de Relaciones Exteriores, que debía aportar dicha documentación al juzgado.
4. Cuando recibió el primer mensaje y, fundamentalmente, cuando se expidió y entregó el pasaporte de Marset, era la propia Ache quien estaba ejerciendo como Ministra de Relaciones Exteriores, dado que yo me hallaba en Misión Oficial en el exterior, como fue acreditado en Fiscalía.
5. En definitiva, la tramitación del pasaporte por parte del MRREE fue ajustada al marco normativo vigente a esa fecha (Decreto 240/018)
6. Pese a que los mensajes privados intercambiados entre Maciel y Ache carecían de relevancia en la tramitación del pasaporte, pero dados los desencuentros entre la funcionaria instructora de la Cancillería y la por entonces subsecretaria Ache -pues esta le atribuía un apartamiento del objeto de la investigación, y un ánimo pesquisante-; y para evitar que pasara a mayores, generando un uso político del tema, procuré calmarla, minimizándole la trascendencia que respecto a ella pudieran tener dichos mensajes, manifestándole tratar con el Director de Jurídica del MRREE, las supuestas presiones por ella aludidas en el curso de la investigación administrativa, lo cual en definitiva no realicé, por no corresponder.
7. Finalmente, reitero que no solo no tuve participación alguna, ni tan siquiera conocimiento de la tramitación del pasaporte del señor Marset. En el Parlamento, no falté a la verdad».