Columna de Fabián Tiscornia

 

El dólar en Uruguay viene en caída en los últimos tiempos. En lo que va del año baja 1,6% y ya rompió el “piso” de los $ 39 en el interbancario.

De hecho, en 2023 el dólar cayó 2,6% “punta a punta”, esto es al comparar el cierre del año con el del año previo y en 2022 había bajado 10,3%, la mayor caída anual en 13 años.

Lo primero a analizar es si esto es un fenómeno que se da a nivel global o es algo aislado de Uruguay. 

Para ver lo que sucede en el mundo, vamos a tomar el Índice Dólar que mide al billete verde contra una canasta de monedas importantes como el euro, el yen japonés, la libra inglesa, el yuan chino. 

Ese índice, muestra al dólar fortaleciéndose ante monedas relevantes un 2,1% en lo que va del año. En 2023 había caído 2,3%. 

Entonces, lo que estamos viendo es al dólar en Uruguay desacoplándose de lo que está pasando en el mundo. 

En la región, sacando a Argentina que tiene un montón de particularidades además de un montón de distintos dólares, la principal referencia para Uruguay es Brasil.

Y en Brasil, el dólar bajó menos que en Uruguay en 2022, cayó más que en Uruguay en 2023. Y en lo que va de este año sube 3,5%. 

Es decir, el dólar en Uruguay en lo que va de este año, no solo se desacopla de la tendencia al alza en el mundo, sino también de la tendencia en Brasil.

¿Qué decía el presidente de la República, Luis Lacalle Pou respecto al dólar antes de iniciar su mandato? 

Ahí el presidente en esa entrevista publicada el 3 de marzo de 2020, decía que quería tener al dólar en Uruguay por encima de esa canasta de monedas, y también señalaba que es una variable muy difícil de controlar por el Banco Central. 

Visto de una forma muy lineal: el dólar en Uruguay cuando asumió Lacalle Pou el 1° de marzo de 2020 valía $ 39,152 y ayer valía $ 38,389. Es decir casi $ 1 menos. En Brasil pasó de 4,47 reales a 5,01 reales. Es decir casi 50 centavos más.

¿Qué pasó? Si uno mira el Tipo de Cambio Real, que es el valor del dólar ajustado por la inflación y que se compara con socios comerciales de Uruguay, marca que lleva 24 meses consecutivos de caída interanual.

Esto es lo que se denomina “pérdida de competitividad” o lo que algunos llaman “atraso cambiario”. El Tipo de Cambio Real está 15% por debajo de lo que indicarían los fundamentos de la economía.

Esto se termina metiendo en la campaña electoral. Recordamos lo que decía el senador del MPP, Alejandro “Pacha” Sánchez en 970 Noticias la semana pasada. ((Escuchar columna)) 

A esto, salió al cruce el presidente del Banco Central, Diego Labat en una entrevista con La Diaria la semana pasada. 

Labat dijo: “Tenemos que tener claro que a prepo no se mejora el tipo de cambio real, que es el que a los efectos de la competitividad importa. De hecho, sobre el tipo de cambio nominal sí se puede actuar, como se hizo en anteriores administraciones, pero que uno actúe sobre eso, sobre el valor de la pizarra, no me asegura alcanzar un tipo de cambio real mejor”.

Y el presidente del Banco Central, señaló además: “hay algunos razonamientos que a veces escucho que son demasiado simplistas, y terminan queriendo politizar. Entonces, a mi me parece que hay que ser cuidados en no politizar esto. Dice que hay atraso cambiario, pero, ¿cuál sería la propuesta? ¿A prepo usar recursos del Estado para subir artificialmente el tipo de cambio y licuar salarios? ¿Eso es lo que queremos?”.

Ambos tienen parte de razón y en parte dicen cosas que no son tan así. 

“Pacha” Sánchez está en lo cierto cuando dice que esto es un problema, aunque la caída de exportaciones del año pasado no se debe solamente a la pérdida de competitividad porque ahí jugó el factor sequía que hizo por ejemplo que se produjera menos soja, que es uno de los principales productos de exportación.

Labat está en lo cierto en decir que actuar sobre el valor del dólar mediante compra de divisas por parte del Banco Central, no garantiza mejorar la competitividad. Pero, cuando dice que si se sube artificialmente el dólar, se licuarían salarios (por mayor inflación) no es del todo correcto, porque los salarios tienen mecanismo de correctivos por inflación por encima de la esperada.

Entonces, tenemos un dólar que se ha venido desacoplando de lo que viene pasando en el mundo y en Brasil en lo que va del año, hay una pérdida de competitividad y ya se instala en el debate político. 

Pero, ¿por qué baja el dólar en Uruguay? 

Pensemos en el dólar como un producto, como la carne o el arroz. ¿Qué pasa cuando hay menos faena de carne y crece la demanda? Sube el precio. ¿Qué pasa cuando hay mucha oferta de carne y baja la demanda? Baja el precio.

Con el dólar ocurre lo mismo. Si hay mucha oferta de dólares en el mercado y baja la demanda, su precio va a tender a caer. 

De donde puede venir la oferta de dólares: exportadores que venden dólares para pagar sus costos en pesos, inversión extranjera directa (por ejemplo, la planta de UPM), fondos de inversión que quieren colocar su dinero en pesos uruguayos y para eso venden dólares, los turistas que ingresan a Uruguay.

Quienes demandan dólares: las empresas públicas para sus proyectos de inversión o por ejemplo compra de petróleo, el gobierno para pagar los intereses de la deuda emitida en dólares y los importadores en general (aunque muchos de ellos ya venden sus productos en dólares).

Entonces, ¿por qué baja el dólar? En el último tiempo es que por un lado: Uruguay es más atractivo para que ingresen dólares porque tiene la nota más alta de las calificadoras de riesgo de su historia, porque hay una suerte de boom en la construcción de viviendas, porque la tasa de interés que paga el Banco Central en pesos es atractiva y eso incentiva que inversores que tienen en dólares los vendan para posicionarse en pesos. 

Del otro lado, las empresas públicas en los últimos tiempos han invertido algo menos y eso lleva a que demanden menos dólares. Uruguay en los últimos años ha sustituido deuda que pagaba intereses más altos, por deuda que paga menos intereses, entonces requiere menos dólares.

En definitiva, esto es lo que ocurre: hay más oferta de dólares y hay menos demanda de dólares. 

La pregunta que queda planteada es si cambiará esto el próximo año o no.