Columna de Fabián Tiscornia:
Este ataque de Irán a Israel con 300 drones y misiles, que según las autoridades israelíes la casi totalidad fueron derribados, ha generado un aumento de la tensión en Medio Oriente.
Lo que llevó a reacciones, por ejemplo ayer se reunieron los mandatarios de los países que integran el G7, donde están siete de las economías más grandes del mundo (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.
Estos países, con Estados Unidos a la cabeza, están pidiendo a Israel que no responda el ataque para evitar un aumento aún mayor de las tensiones.
Ahora, ¿qué impacto económico-financiero tiene este recrudecimiento del conflicto en Medio Oriente?
Pongamos esto en contexto, según diversos analistas internacionales estamos viviendo el período con las mayores cantidades de conflicto que han existido desde la Segunda Guerra Mundial: Rusia en guerra con Ucrania, China y sus amenazas sobre Taiwan, la situación en Medio Oriente donde teníamos a Israel contra Hamás, a lo que se ha sumado Irán, los hutíes en Yemen y el grupo Hezbolla en Líbano, la guerra civil en Sudán.
Entonces, tenemos un mundo que se puede definir como perturbado por una serie de conflictos bélicos.
Entonces, para ver qué impacto económico-financiero tiene este aumento de tensión del conflicto en Medio Oriente, lo primero es ver la reacción de los mercados internacionales, donde cotizan acciones y bonos, pero también commodities como el oro, el petróleo, soja, carne, etc.
Lo más rápido para ver un efecto es el precio del bitcoin, porque es un mercado que opera 24 horas. Y el bitcoin que en la mañana del viernes cotizaba a 70.914 dólares, el sábado a la noche había bajado a 64.292 dólares. Es decir, perdió 9,4% de su valor en poco más de un día. Ayer a la noche recuperó algo y cotizaba 65.583 dólares.
Esta mañana ya tenemos los primeros datos de los mercados en Asia y Europa. El índice dólar, que mide al billete estadounidense frente a una canasta de monedas relevantes como el euro, el yen, la libra.
Algo importante a tener en cuenta de los mercados es que tratan de anticiparse a lo que va pasar. Entonces, cierto escalamiento en las tensiones en Medio Oriente estaba descontado por parte del mercado. Esto es lo que piensan también varios analistas de bancos y fondos de inversión.
De todas maneras sí se verá volatilidad en los mercados, esto es precios que pueden moverse hacia un lado y otro, sin una tendencia clara.
Pero, esto es hoy, lo que no quiere decir que se mantenga, porque acá empiezan a pesar ya no solo los hechos, sino también lo que se dice.
Si este ataque de Irán a Israel continúa o tiene algún tipo de respuesta por parte de las autoridades israelíes, vamos a ver lo que se conoce en finanzas como “aversión al riesgo” y es que los capitales huyen de todo lo que pueda ser considerado no seguro.
¿Qué es lo considerado seguro o activos refugio? El dólar, el oro (que ya venía al alza), los bonos del Tesoro de Estados Unidos, entre otros.
También el petróleo puede tener un impulso al alza debido a que Irán es un fuerte productor (está entre los 10 mayores productores). Algunos analistas hablan de que podría superar la barrera de los US$ 100 por barril.
También otros commodities como los alimentos o la celulosa pueden aumentar su precio debido a una escalada mayor en Medio Oriente, por temas logísticos.
¿Cómo se traduce esto a Uruguay? ¿De qué manera puede impactar este escenario geopolítico en la economía uruguaya?
Vamos a ver esto según diferentes canales por decirlo de alguna manera: el comercial y el financiero.
Veamos el comercial. Si la escalada sigue, algo que como mencionaba no es seguro, se podrá ver una suba de precios de algunas materias primas en Uruguay, no muy significativa en principio, pero un alza al fin. Esto favorece a un sector agroexportador que tendrá buenas cosechas de soja y arroz, por ejemplo. Lo mismo con la exportación de celulosa, donde este año estará funcionando a pleno la segunda planta de UPM.
Es decir, si ya iba a ser un buen año para las exportaciones de bienes por la recuperación de producción luego de la sequía. Este conflicto agravado en Oriente Medio podría darle un impulso adicional vía mejora de los precios. Ahora, veamos cuál puede ser el efecto de esta escalada de tensiones entre Israel e Irán en el canal financiero para Uruguay.
Sí a nivel global, se da un fortalecimiento del dólar por ser considerado un activo de refugio en momentos de crisis, eso puede dar impulso también al valor del dólar en Uruguay.
De todas maneras, las perspectivas para el dólar a nivel global no venían siendo de un fortalecimiento, sino más bien lo contrario, debido a que se espera que Estados Unidos baje sus tasas de interés de referencia, que vendrían a ser el “precio del dinero”.
Un dólar un poco más alto, también favorecería al sector agroexportador, claramente. También al sector turismo.
Hasta acá vimos algunos efectos positivos por decirlo de algún modo, que podrían derivarse de una mayor tensión geopolítica.
Pero, la economía uruguaya también podría recibir efectos negativos. Uno está claro, lo mencionaba antes, tiene que ver con el aumento del precio del petróleo.
Uruguay importa petróleo, y si Ancap tiene que pagar un precio mayor al que tenía previsto, obviamente eso termina impactando en mayores precios de los combustibles.
En momentos donde la inflación está en los menores niveles en 18 años, en 3,8% en los últimos 12 meses, puede suponer un desafío para las autoridades del Banco Central que acaban de recortar su tasa de interés.
A su vez, si aumentan los precios de los alimentos eso también pega en la inflación.
Ambos factores los vimos cuando se dio la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022. Durante los meses siguientes vimos un aumento de la inflación en Uruguay. Estaba en 8,85% en febrero y llegó hasta 9,95% en setiembre.
Una ventaja respecto a aquella situación es que hoy el punto de partida es de una inflación más baja.
El otro efecto negativo para Uruguay, es algo que también decía al principio de la columna: la mayor tensión geopolítica lleva a los inversores a preferir activos más seguros, esa aversión al riesgo de la que hablaba y eso puede implicar un aumento del riesgo país.
El riesgo país no es otra cosa que el diferencial de tasa de interés que paga Uruguay sobre Estados Unidos para endeudarse. Es decir, puede encarecerse el costo de financiamiento para Uruguay. No sería algo dramático, pero es un detalle que seguramente las autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas, ya están monitoreando.