Entrevista con Lucía Arocena:

 

Días pasados el diario El País publicó un artículo que indicaba que el 42% de los niños y niñas menores de cuatro años presentan exceso de peso. El informe agrega además que otro 11% tiene sobrepeso, y hay un 3,3% padece de obesidad. Al mismo tiempo, dice existe un 2,4% que tiene parámetros de bajo peso, otro 1,7% emanciación y el 8,1% padece de retraso en su crecimiento.

Estos fueron los resultados preliminares del trabajo realizado por la Encuesta de Nutrición, Desarrollo Infantil y Salud (Endis) elaborado mediante un convenio entre los ministerios de Desarrollo Social (Mides), Salud Pública (MSP) y el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El relevamiento fue hecho entre junio y octubre del año pasado, en una edición que abarcó a un conjunto de niños nacidos entre 2019 y 2023. Alcanzó las 2.521 entrevistas, divididas en partes casi iguales de niños y niñas y además por primera vez, se sumó un relevamiento sobre la situación de la primera infancia y sus familias en el ámbito rural.

En diálogo con Punto de Encuentro, la Licenciada en Nutrición, Lucía Arocena dijo que las cifras que revela el informe deberían tomarse como “una señal de alerta” y una señal de trabajo para los adultos. Agregó que los niños suelen ser reflejo de los hábitos que le inculcan los padres “y a veces queremos que los niños cambien, sin cambiar nosotros”, y trasladamos hábitos que “son nuestros”. Arocena explicó cómo funciona el sistema de recompensa que hace que los niños deseen comer alimentos con más calorías. 

“Europa tiene una regulación mucho más estricta que nosotros, un ultraprocesado europeo es menos peor (igual es malo) que uno sudamericano”, indicó. 

Agregó que en comparación con otros países de la región, como Chile, los ultraprocesados en Uruguay tienen precios muy elevados. “Creo que en Uruguay, todavía tenemos la posibilidad de conseguir alimentos de mejor calidad y más baratos”, dijo y aseguró “que es un mito” pensar que comer de manera saludable es más caro.

Para la experta en nutrición para cambiar los hábitos se debería apostar a campañas publicitarias potentes y contó como Estados Unidos logró generar cambios a través de la publicidad y los dibujos animados y contó una anécdota detrás de un personaje que pasó de llamarse “Triki, el monstruo de las galletas” a “Triki, el monstruo de las hortalizas”. “Si bien los niños son mucho más susceptibles y más sabios desde el punto de vista digestivo, ellos paran de comer cuando le damos alimentos adecuados, se cambió a las hortalizas y se evaluó con el consumo y comenzaron a consumir más frutas y verduras”, contó.