En el marco de la 11ª fecha del Torneo Apertura, Nacional hizo pesar su localía en el Gran Parque Central, superó a Danubio por 2 a 0 y se metió en pelotón de los que pelean arriba.

Los goles fueron anotados en la segunda mitad, a los 28 minutos fue Jeremía Recoba el que rompió el cero y Nicolás López, de penal, sentenció el match a los 35′.

Clara y merecida victoria del tricolor, la justificó en el segundo tiempo y hasta pudo ser más abultada. El gol de Jeremía Recoba, otra vez el más importante, destrabó todo y el equipo jugó más liberado. Quedaron espacios lógicos y los aprovechó.

La realidad le volvió a demostrar a Pablo Peirano que los albos crecen cuando juegan con extremos naturales y hay hombres que, hoy, de ninguna manera pueden ser suplentes como Lucas Villalba y el mismo Jeremía Recoba.

Con la entrada de los jóvenes también mejoró la intervención del “diente” López. Cuando Nacional pone de arranque a Eduardo Vargas y Rómulo Otero se transforma en un equipo más lento y predecible. Muy poco de ambos para todo lo que se esperaba.

Salvo en los primeros pasajes de la segunda mitad, cuando Luis Mejía le tapó un mano a mano brillante a Enrique Femia, lo de Danubio a nivel ofensivo fue pobrísimo una vez más. Sebastián Fernández totalmente aislado en ataque. A nivel defensivo cumplió en el primer tiempo, fue permeable en el segundo.

Nacional fue de menor a mayor. Debía ganar, lo hizo y es el primer triunfo en su casa en lo que va del Apertura. Es valioso para que Pablo Peirano siga trabajando porque se vienen semanas muy importantes. Ahora mismo quedó a 3 puntos del líder, Liverpool.

Lo de la institución franjeada cada semana es más preocupante. Ya son 16 partidos oficiales sin victorias y es demasiado para un club de tal importancia. Juan Manuel Olivera jamás ganó un partido en Primera como entrenador, ni con Danubio ni con pasados interinatos.

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