Escuche la columna de Nacho Martirené aquí:

 

El domingo, los mexicanos fueron convocados a las urnas para elegir 2.681cargos de jueces y magistrados nacionales y locales en un hecho inédito, no solo en el país, sino en el mundo.

Aunque sistemas semejantes existen en Bolivia, Japón y Estados Unidos, la reforma judicial promovida por el partido de gobierno, Morena, durante la anterior administración de Andrés Manuel López Obrador, fue una iniciativa única.

Sin embargo, llamó la atención la baja participación, del 13% de la población habilitada. En México, el voto no es obligatorio y no hay porcentaje mínimo de participación para legitimar ninguno de los comicios.
La presidenta Claudia Sheinbaum, quien cuenta que una aprobación de más del 80%, restó relevancia al porcentaje y destacó la importancia de la elección.

«Todo es perfectible, fue la primera elección, se sacarán las conclusiones para poder mejorar en 2027, dijo la mandataria.

La presidenta mexicana cuestionó el nepotismo que existía hasta ahora en el poder judicial de su país, que también ha sido acusado de vínculos con el narcotráfico.

RESULTADOS DE LA ELECCIÓN JUDICIAL

México tendrá una Suprema Corte afín al oficialismo, según el escrutinio del 87% de los votos para ese tribunal.
El objetivo central de la elección judicial del domingo era la máxima corte del país, que bloqueó varios proyectos de Andrés Manuel López Obrador cuando era presidente.

El partido Morena de la presidenta Claudia Sheinbaum controla también el Legislativo y la mayoría de gobernaciones del país, de casi 130 millones de habitantes.

El nuevo tribunal estará integrado por cinco mujeres y cuatro hombres, cuyas candidaturas fueron propuestas por el gobierno y el Congreso.

Entre las elegidas están tres magistradas que apoyaron en la Suprema Corte varias iniciativas de López Obrador y de la presidenta Claudia Sheinbaum, incluida la reforma constitucional que instauró la elección de jueces.

La gran sorpresa fue el indígena mixteco Hugo Aguilar, que obtenía la más alta votación y se perfila como presidente de la Corte.

Trabajó en el gobierno de López Obrador y fue asesor jurídico de la guerrilla zapatista EZLN durante negociaciones con el gobierno, luego que la guerrilla se alzara en armas en 1994.

¿Por qué fue tan baja la participación en la elección judicial en México?

Lo que para Sheinbaum es un sistema de elección popular que profundiza la democracia en un país con 90% de impunidad en la resolución de homicidios, para otros, tanto en la oposición como en sectores especializados, es un golpe al Estado de derecho.

Antes del domingo ya se podía predecir que el oficialismo sería vencedor, no solo porque la mitad de los candidatos eran considerados partidarios de Morena, sino porque la oposición —fragmentada— llamó a la abstención.
Según encuestas, cerca del 70% de los mexicanos estaba a favor de una reforma al sistema de justicia y el 60% decía que la elección sería legítima si participaba más de la mitad del padrón.

¿Cómo se explica, entonces, que tan poca gente haya acudido al llamado electoral?

Sheinbaum comparó esta elección con la de jueces locales en Estados Unidos, donde suele participar un 20%.
En su forma de verlo, para una elección como esta es esperable que participen fracciones minoritarias del electorado.
Sheinbaum cuenta con gran apoyo popular y no se cuestiona la conexión de la mandataria con la gente, que la responsabiliza —así como a su antecesor— de reducir la pobreza, tener resultados tangibles de gestión y plantarse con firmeza y serenidad ante la amenaza de Donald Trump.

Objetivo de la reforma

Parte de la razón de ser del sistema es que las reformas impulsadas por AMLO entre 2018 y 2024 fueron bloqueadas por la justicia, que se convirtió en el actor principal de su oposición. La reforma se volvió así en una puja política, según la BBC Mundo.

El gobierno acusa que la corrupción, el nepotismo y la influencia del narcotráfico marcan al sistema de justicia mexicano. Al menos 90.000 personas privadas de la libertad no tienen condena. El sistema es lento y opera de manera desigual para cada ciudadano.

«La baja participación no me parece un reflejo del entusiasmo de la gente por la reforma, sino de los problemas de implementación de esta», dijo a BBC Mundo Vanessa Romero Rocha, abogada y analista política mexicana.
La experta, quien integró un comité de evaluación de aspirantes a jueces federales, añadió: «Fue una elección intermedia —que suelen tener menor participación—, no partidista y además muy compleja: difícil de entender quiénes eran los perfiles y qué hacían los cargos».

«Todo eso, sumado a lo apresurado y abrupto del proceso, explica en buena parte el desinterés», agregó la especialista.

Argumentos contra la elección de jueces

Un juez/jueza no debe representar a la población, sino solucionar sus conflictos. “Representa a la ley… a una norma y su aplicación”, dice Gloria Alcocer, directora de un colectivo que promueve la participación social y experta en observación electoral.

Las leyes que ampararon la votación del domingo están muy cuestionadas porque se aprobaron de forma acelerada, no se cumplieron requisitos para la designación de candidatos, se redujo el número de aspirantes con sorteos o no se atendieron resoluciones judiciales que cuestionaban el proceso.

Proceso de elección de jueces

Los candidatos para las elecciones judiciales no podían recibir recursos públicos ni privados para hacer campaña. Tampoco podían hacer proselitismo en medios de comunicación.

La presencia del crimen organizado, como suele ocurrir en México, condicionó el proceso en algunas regiones.
Los mexicanos en el exterior no podían votar; tampoco las personas privadas de libertad que aguardan una sentencia judicial, probablemente los afectados más directos de la elección.

A esto se añade que votar era particularmente difícil: cada ciudadano recibía entre 6 y 10 complejos tarjetones y, según estudios especializados, el votante promedio tardaría entre 10 y 15 minutos ejerciendo su derecho.

Uno de los cambios sustanciales de la reforma es que relajó los requisitos de educación y experiencia para los aspirantes a juez. Muchos candidatos, entonces, aparecieron en campaña como inexpertos. Y a otros les encontraron vínculos con el narcotráfico.

Claudia Sheinbaum arrasó en las presidenciales de 2024: ganó con 60% de los votos, 30% más que su contrincante de la oposición.

Además, el oficialismo logró mayorías absolutas en el Congreso y fue eso, precisamente, lo que les permitió aprobar la reforma constitucional a la Justicia, la que ahora se concreta con la elección de jueces y tendrá otra instancia en 2027, cuando se renueven los funcionarios judiciales restantes.

Hoy Sheinbaum es una de las jefes de Estado más populares del mundo.

Muchos creen que, por esta creciente acumulación de poder, este domingo la democracia mexicana recibió un golpe fulminante; uno similar a los que, durante el siglo XX, protagonizó el Partido Revolucionario Institucional (PRI), partido gobernante en México durante 71 años.

Sheinbaum y otros dirigentes, piensan por el contrario que estas elecciones alejan a México del autoritarismo clientelista y corrupto de otras épocas.