Tras la resolución de suspender la habilitación del boliche por los incidentes ocurridos en octubre de 2016, el gobierno departamental –a través de su Prosecretaría– comenzó un período de diálogo con las partes involucradas, con el fin de pensar colectivamente soluciones que promuevan la construcción de convivencia en la zona.
En estas instancias de intercambio -en las que participaron representantes del municipio C, responsables del establecimiento, integrantes del Concejo Vecinal, vecinas y vecinos de la zona y la Prosecretaría General de la Intendencia- se plantearon los requerimientos necesarios para la apertura del local nocturno, que fueron plasmados en un plan piloto.
El plan contempló una batería de medidas que el establecimiento debía cumplir en caso de habilitarse su funcionamiento, independientemente de las relacionadas con la normativa departamental vigente.
Algunas de ellas eran la existencia de una figura -dependiente del local- que funcionara como nexo con vecinas y vecinos; la creación de un plan de seguridad que contemplara inmediaciones del recinto y aledaños; y la aplicación de un sistema de venta de entradas anticipadas para evitar aglomeraciones en la puerta del local y ruidos molestos, entre otros.
En el plan se estableció también la responsabilidad del local ante eventuales perjuicios producidos a vecinas y vecinos por su funcionamiento. Además, desde la comuna se sostuvo que no habría margen de tolerancia ante un posible incumpliento.
Ante las dificultades del establecimiento de poder satisfacer los requerimientos de funcionamiento acordados colectivamente, en cumplimiento del proceso que la Intendencia marcó desde un inicio, y con el fin de otorgar las máximas garantías a vecinas y vecinos de la zona, la Prosecretaría General junto al Alcalde del municipio C resolvieron no autorizar la reapertura de Coyote.
(Foto: Facebook Coyote)