Asistirán 260 personas, incluidas las estrellas de Barcelona, familiares y amigos; para la seguridad se destinaron 350 efectivos provinciales y federales, y 70 de tránsito de la Municipalidad.

Hay más efectivos federales y provinciales destinados a la custodia que invitados (son 260) a la boda. Unos 350 policías de Santa Fe y gendarmes, junto con 70 empleados municipales del área de control, forman parte del operativo especial que se dispuso para custodiar a quienes empezaron a llegar a la fiesta de Lionel Messi y Antonela Roccuzzo, que se realizará este viernes en el hotel City Center, ubicado en la zona sur, en una zona compleja de la ciudad, donde a pocas cuadras de allí dominó a sangre y fuego desde fines de los ’90 la banda de los Monos.

Desde principios de semana, la policía reforzó los patrullajes y afinó la mirada en torno al casino, donde se llevará adelante la boda a partir de las 19. Los primeros «expulsados» fueron los trapitos y los carritos de choripanes.

Los 350 efectivos de la policía de Santa Fe y de la Gendarmería se ocupan de custodiar los traslados y de la seguridad en torno al complejo City Center. Hay una empresa privada que realiza los traslados desde el aeropuerto Islas Malvinas, ubicado en Fisherton, donde se reforzó el despliegue de personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Utilizan autos y camionetas de alta gama blindados.

Dentro del casino, la seguridad corre por cuenta de una empresa privada. No trascendió el nombre de la empresa, que la familia Messi, que no tuvo en ningún momento contacto con la prensa, guarda con recelo, como también el nombre de la agencia israelí que diseñó parte de la estrategia de seguridad del casamiento.

El secretario de Seguridad Omar Pereyra negó que este despliegue de efectivos que estarán abocados desatiendan los problemas de seguridad cotidiana de la ciudad. «Este es un operativo para un acontecimiento de mucha importancia, y se garantiza la seguridad en lo que corresponde a la organización externa del evento. Dentro del Casino, la seguridad está a cargo del Casino y la empresa particular que fue contratada. En cuanto a la seguridad pública, están tomadas todas previsiones», sostuvo el funcionario.

«Estamos en contacto permanente con la organización de la fiesta para ir tomando conocimiento de los distintos horarios y los desplazamientos para brindar los apoyos necesarios», apuntó Pereyra.

Más allá de los problemas de supuesta evasión y los nexos con Lázaro Báez, el lugar elegido por la familia Messi para la fiesta carga con algunas contraindicaciones. City Center está sumergido en el barrio Las Flores, en la zona que históricamente dominó la banda de los Monos, un grupo narcocriminal que surgió en ese barrio que se formó en el mundial ’78, cuando los militares escondieron detrás de un paredón a la gente más pobre de Rosario.

A fines de los ’90 allí surgió el grupo narco que logró dominar a sangre y fuego el universo criminal de la ciudad. Hoy sus principales líderes están en prisión, pero en ese barrio, donde Ever Banega cada vez que vuelve a Rosario juega un picado en la cancha que construyó Máximo Ariel Cantero, alias Guille, líder de la banda, sigue corriendo la sangre.

Las alarmas se encendieron hace dos semanas. A cinco cuadras del hotel donde se van a casar Messi y Rocuzzo dos jóvenes en moto pasaron por la casa de Petrona Cantero, hermana del histórico jefe de la banda, y la rociaron con balas 9 mm. La mujer murió en el acto y tres jóvenes, entre ellas, su hija y su nieta, fueron gravemente heridas.

Aunque en Rosario, según datos del Ministerio de Seguridad de la Nación, bajaron un 36 por ciento los homicidios durante el último cuatrimestre, la ciudad sigue siendo una de las más violentas del país, con un indicador que el año pasado estaba anclado en 14 crímenes cada 100.000 habitantes, más del doble que la media del país.