Puso fin a 15 años de carrera como profesional, trayecto en el que obtuvo 16 títulos nacionales y nueve internacionales.
Fue un 26 de marzo de 2014, jornada 30 de La Liga. Corría el minuto 20 y Barcelona ya vencía por mínima a Celta de Vigo en el Camp Nou. Durante ese instante, un tiro libre débil de Fabián Orellana terminó en las manos de Víctor Valdés; sin embargo, ese simple remate iba a causar lágrimas de sufrimiento al guardameta catalán.
La simpleza de apoyar su pierna derecha terminó por romper el ligamento cruzado de la rodilla derecha, lesión que lo llevó a perderse el resto de la temporada 2013-2014 y el Mundial de Brasil. Esa dolencia fue un punto de inflexión en la carrera de Valdés, hombre fundamental en la coronación de Barcelona como uno de los mejores equipos del planeta.
Pero el mundo del fútbol lo recordará como uno de los mejores arqueros que ha pisado un terreno de juego, líder indiscutido, experiencia personificada que comenzó su historia en 1992, cuando tenía 10 años. El nacido en Hospitalet de Llobregat se vio obligado a marcharse hacia Tenerife y, tras su paso de tres años por las formativas de Unión Deportiva Ibarra, retornó al hogar que le dio sus primeras armas para defenderse en el balompié, el Fútbol Club Barcelona.
Su debut en el primer equipo se dio durante la temporada 2002-2003 ante Legia Varsovia, por Champions League. Comenzó alternando encuentros con la escuadra filial y luego con el meta argentino Roberto Bonano. Para el ciclo siguiente, Valdés se ganó un lugar en el once titular, tras quedarse con la confianza del entrenador Frank Rijkaard, el mismo que abrió las puertas a un joven argentino, llamado Lionel Messi.
Fueron 12 los años en que estuvo Valdés como futbolista del club blaugrana, trayecto en el ganó absolutamente todo. Ligas, Copas del Rey, Supercopas de España y tres Champions Leagues durante 2006, 2009 y 2011. Formó parte la Masía, universidad del fútbol mundial, al igual que grandes baluartes como Carles Puyol, Gerard Piqué, Xavi Hernández, Sergio Busquets, Andrés Iniesta y Messi. Todos ellos, formaron parte de un monstruo que salió a comerse el mundo, orientado por un filósofo de este deporte, otro hombre oriundo de ese laboratorio, Josep Guardiola.
A la par de Iker Casillas y José Pepe Reina, Valdés fue uno de los tres goleros que viajaron al Mundial de 2010, para formar parte del seleccionado de España. El catalán no tuvo minutos en esa cita, pero el fútbol anotó su hombre en la rica historia de la Copa del Mundo, luego de que la furia roja levantara el trofeo de campeón en la fría noche del 11 de julio en Johannesburgo.
Seis Ligas españolas, dos Copas del Rey, seis Supercopas de España, tres Champions Leagues, dos Supercopas de Europa, dos Mundiales de Clubes y una Eurocopa de selecciones. Ese es el palmarés de este futbolista durante su apogeo. Tuvo el privilegio de integrar un plantel plagado de estrellas, pero también de conductores que marcaron una época, como Rijkaard, Guardiola, Vicente del Bosque y Tito Vilanova.
Pero el fútbol no conoce de buenos momentos deportivos. Es un señor cruel que impone su pena y no deja opciones, obliga a aceptar lo sucedido y perderse de momentos inolvidables, como la participación en un Mundial. Valdés sintió como su rodilla terminó destrozada, al igual que su anhelo de cruzar el Atlántico para defender el título de campeón mundial con España. No le quedó otra, asumió el momento que estaba viviendo y decidió recuperarse lo más rápido posible.
Durante 2014, Valdés puso dirección hacia Inglaterra, donde sería parte del plantel de Manchester United. Su nivel de compromiso fue tan alto, que decidió acelerar el tratamiento para sanar la rotura de ligamentos. No obstante, los roces con el entrenador Louis Van Gaal no se hicieron esperar. La Pantera de Hospitalet no tuvo una buena relación con el entrenador neerlandés, cuando este era técnico de Barcelona, historia que se volvió a repetir en tierras británicas.
Su trayecto en el club de Old Trafford se resume a tan solo dos encuentros, ambos correspondientes a la Premier League, motivo suficiente para emigrar nuevamente; pero en esta oportunidad, a un país donde el fútbol no tiene esa presión mediática que existe en España o Inglaterra. Bélgica fue su próximo destino y Standard de Lieja lo recibió con los bravos abiertos. El plantel de ese equipo tendría en sus filas a una leyenda del fútbol internacional, ganador de todo. No era para menos.
En ese equipo belga, el catalán jugó ocho encuentros y levantó la Copa de Bélgica, correspondiente a la temporada 2015-2016. Sin embargo, volvió a emigrar al Reino Unido, donde jugó para Middlesbrough, donde compartió vestuario con los uruguayos Christian Stuani, Gastón Ramírez y fue dirigido por un exjugador de Real Madrid, Aitor Karanka. A pesar de la mala temporada colectiva en Premier League (19°), Valdés jugó 22 partidos, todos ellos por el círculo de privilegio del fútbol inglés.
Inglaterra sirvió de síntesis para su carrera. Nació en la Masía, llegó al primer equipo de Barcelona y subió al olimpo del fútbol mundial; sin embargo, los ligamentos le jugaron una mala pasada, llevándolo a la intermitencia en sus presentaciones. A pesar de estas idas y venidas, Valdés será recordado como uno de los mejores guardametas que ha pasado por el balompié internacional, integrante de una generación blaugrana que causó la admiración de todo el planeta, motivos suficientes para que este deporte, le tenga preparado un lugar de privilegio en la historia.
(Por Aldo Mattos)