La coordinadora del programa Centros de Entrenamiento en Resucitación Cardíaca (Cerca) de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, María Fernanda Xalambrí, dijo en diálogo con la Secretaría de Comunicación Institucional que hasta el momento más de 80.000 personas fueron entrenadas para actuar ante un infarto, un tipo de emergencia que necesita de una respuesta en segundos.
Xalambrí añadió que el objetivo de la capacitación es que los uruguayos accedan a un entrenamiento que implica reconocer el infarto, hacer masaje cardíaco y utilizar el desfibrilador externo automático, aparato del que hay 4.000 en el país.
Puntualizó que ante una emergencia de este tipo no se puede solamente esperar la llegada de la emergencia móvil y que, sin masaje cardíaco, las chances de sobrevida son de 5 %, con secuelas encefálicas. «Si se hace rápidamente el masaje cardíaco, las chances de sobrevida se duplican y triplican y el cerebro sufre menos y tenemos más tiempo para que llegue el desfibrilador», indicó.
Agregó que en los casos de paro cardíaco también hay un problema eléctricocardíaco que se revierte con un desfibrilador automático. Sostuvo que este instrumento es muy fácil de usar y que, si se usa dentro de los tres minutos del paro cardíaco, las chances de vida llegan a un 70 %.
La Comisión Nacional Honoraria Cardiovascular dispone de unos 60 sitios de entrenamiento en diferentes departamentos, en las sedes de Antel, UTE, OSE, intendencias o direcciones departamentales, donde se forman instructores para que enseñen a su comunidad. En Uruguay hay más de 80.000 personas entrenadas, aseguró.
La experiencia de capacitación se llevó a cabo el lunes 9 en el liceo de Ciudad del Plata. De igual forma, se hizo en la escuela de Ecilda Paullier, ambas localidades del departamento de San José, donde una niña había pedido un desfibrilador en un Consejo de Ministros. Xalambrí dijo que los niños y jóvenes se toman esta experiencia de aprendizaje con mucha naturalidad y también trabajan conceptos vinculados a qué es una emergencia, cómo reconocerla, cómo solicitar ayuda a un adulto o al 911.
El curso consta de tres horas: 45 minutos de teoría y dos horas de trabajo con los desfibriladores que se hace al dividir el grupo general en tres de ocho personas por instructor. «Se intenta recrear la realidad lo más fielmente posible para poder actuar si el hecho sucede, porque la comunidad es la que salva a los ciudadanos de una muerte súbita», subrayó la entrevistada.