El 30 de abril es a partir del 2012 una jornada en la cual, luego de tantos años de lucha y reclamos, a partir de la ley 19.000 se “reivindica el rol del trabajador rural en el desarrollo productivo y en la historia del país”.

A la hora de aprobar el Día del Trabajador Rural se expresó en el Parlamento que se trata de “la necesidad de reconocer el trabajo que desempeñan en forma sacrificada los trabajadores rurales de nuestro país y, en ese sentido, que su labor merece ser destacada como parte de nuestra identidad nacional, reconociendo que la dedicación y constancia de estos hombres y mujeres constituyen gran parte del motor de nuestra economía”.

En ese momento se afirmó que el 30 de abril no será sólo un día del asalariado rural “sino del trabajador rural en su expresión más amplia. Existe un tipo de trabajador rural que fue muy importante en la constitución de la nacionalidad, se trata de las familias rurales, algunas con tierra y otras sin ella”,