El equipo de la popular serie de Netflix «The Crown» que ya ha iniciado el rodaje en San Juan de Aznalfarache se trasladará durante los próximos días a Sevilla para continuar con las grabaciones. Esta tercera temporada, que narra el periodo comprendido entre 1964 y 1973, coincidiendo con el gobierno de Harold Wilson, conlleva un cambio en el elenco de actores con la incorporación de Olivia Colman, que interpreta a una reina Isabel más madura tras la salida de Claire Foy.
La producción recreará la Grecia de mediados del siglo XX en el entorno de la barriada de Nuestra Señora de Loreto de San Juan de Aznalfarache, construida allá por los años 40 para albergar a militares y trabajadores de la base aérea de Tablada. Pero el equipo tomará imágenes del propio recinto militar, situado ya en la capital andaluza, donde también aprovecharán los viejos hangares para ambientar un estudio de Hollywood de la época.
Otro de los exteriores en la ciudad será el hotel Alfonso XIII, que es ya un escenario habitual en grandes montajes y, con probabilidad, será el hospedaje que elijan los principales actores para pasar su estancia en Sevilla.
Los equipos comenzarán a trabajar en los próximos días sobre el terreno, pero se muestran reacios a desvelar las fechas concretas para evitar las aglomeraciones en el entorno del rodaje. Tampoco mencionan el orden en el que visitarán cada enclave para las grabaciones.
Esa misma discreción ha permitido que se haya podido trabajar con tranquilidad durante el rodaje de otra producción, también británica, que triunfa en el país vecino. Se trata de la «La princesa española», una miniserie sobre Catalina de Aragón que es la continuación de «La princesa blanca», basada en la novela de Philippa Gregory. Fue el pasado 24 de agosto cuando el Real Alcázar acogió el montaje, producido por Starz, que cuenta con la colaboración de Fresco Film, la empresa española que dio cobertura a las últimas temporadas de «Juego de Tronos». La elección de este monumento fue por el parecido con la Alhambra, donde la princesa Catalina vivió durante su niñez y adolescencia. Se grabó en lugares como los baños de María Padilla, el cenador de Carlos V, el Patio de las Doncellas, el Cuarto Alto y el Salón de Embajadores.