El primer ministro francés, Édouard Philippe, ha anunciado una moratoria de seis meses en la subida de la tasa de los carburantes que debía entrar en vigor el próximo 1 de enero y que ha sido contestada con contundencia en la calle por los ‘chalecos amarillos’. «Tras escuchar el enfado, suspendo tres medidas fiscales», ha explicadoPhilippe en una comparecencia. De esta manera, el presidente cede a la presión de los manifestantes para intentar calmar los ánimos tras las violentas protestas que se han venido sucediendo estas últimas semanas.

«Ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación», ha asegurado el primer ministro de Francia, Edouard Philippe en un discurso televisado.

En concreto, el Ejecutivo galo ha aprobado la congelación de las tarifas de electricidad y gas «durante el invierno», al mismo tiempo que ha decidido aplicar una moratoria de seis meses al aumento de los impuestos sobre el combustible, que estaban previstos para aplicarse a partir del 1 de enero, y la suspensión, también durante seis meses, de los nuevos términos y condiciones de inspección de vehículos motorizados.

La decisión, que llega a cuatro días de una nueva convocatoria de protestas, se tomó a última hora del lunes en una reunión en el Elíseo presidida por Macron.

La moratoria era una de las reivindicaciones de los ‘chalecos amarillos’. Este colectivo ha protagonizado violentas protestas en Francia, ha colapsado carreteras -llegando a afectar a la frontera de la Jonquera-, y ha puesto contra las cuerdas al Gobierno francés, situando a Macron ante la crisis más grave de su mandato.

Macron y su Gobierno han tardado en dar una respuesta al malestar creciente de las clases medias de la Francia de provincias, agobiadas por una enorme presión fiscal y una pérdida paulatina de poder adquisitivo.

La intención de aplicar una tasa a la gasolina en el marco de la ley de transición ecológica ha sido la gota que ha colmado la paciencia de un parte de la sociedad que se siente menospreciada por sus dirigentes y que sitúa a Macron ante la crisis social y política más grave de su mandato cuando sólo lleva instalado en el Elíseo 18 meses.

Las protestas de los ‘gilets jaunes’ empezaron el pasado 17 de noviembre como respuesta al anuncio de Macron de subir el impuesto sobre los carburantes como respuesta necesaria para combatir el cambio climático y proteger el medio ambiente. Las protestas en París del pasado sábado fueron especialmente violentas y de tener como motivación principal la tasa de las gasolinas han pasado a ser una protesta contra las políticas de Macron.