Durante el “Primer encuentro de jóvenes del Mercosur, modelo de educación dual suizo”, el director nacional de Empleo, Eduardo Pereyra, recordó que fueron generadas diversas políticas al respecto, como el programa Yo Estudio y Trabajo y la Ley de Empleo Juvenil, entre otras. “Para que el país genere en los próximos años empleo de calidad, necesitamos mano de obra calificada, necesitamos sostener a los jóvenes en el sistema educativo lo máximo posible”, expresó tras la actividad del 4 de diciembre.
En ese sentido, dijo que el Estado debe garantizar que los jóvenes accedan a experiencias laborales o que puedan combinar propuestas únicas de educación y práctica remunerada.
Resaltó que es necesaria la sensibilización del sector empresarial y que se debe ofrecer propuestas que se adapten a las necesidades del empresariado uruguayo. En ese sentido, señaló que el Inefop invierte el 40 % de sus recursos en estímulos a la participación de jóvenes en trabajos, a través de la Ley de Empleo Juvenil, y propuestas de capacitación. Además financia, junto con el sistema educativo público, becas para que jóvenes con dificultades económicas permanezcan en los cursos.
“Para nosotros, es estratégico acompañar al sistema público y privado en las propuestas de carácter formativo, porque entendemos que es la mejor inversión para garantizar a futuro trabajo de calidad, sobre la base de que tenemos recursos humanos calificados, con capacidad de no solamente ser trabajadores sino ciudadanos”, subrayó.
Por otra parte, enfatizó que las instancias de negociación colectiva y diálogo por el salario son espacios instituidos y que también permiten el abordaje sobre la incorporación de las mujeres y los jóvenes al mercado de trabajo y la corresponsabilidad.
En cuanto a formación, sobre todo para el medio rural, dijo que la búsqueda y apertura de mercados es clave, por lo que consideró necesario promover inversiones que originen nuevos puestos de empleo. Por ejemplo, indicó que se elaboran propuestas técnicas en relación a la nueva planta de UPM, con formación presencial y semipresencial de acuerdo con la especificidad y los perfiles de producción, siempre siguiendo el concepto de trabajo decente que promueve la Organización Internacional del Trabajo (OIT).