Alejandro Giménez, columnista de historia en De taquito a la mañana, a partir de la demolición del Hotel San Rafael, habló sobre el valor del patrimonio en Uruguay. «El patrimonio no es solo el día del patrimonio, y lo que sucede con el Hotel San Rafael lo demuestra», dijo.
«Parece que para este tipo de situaciones nos tiene que llegar el agua al cuello para que la gente reaccione. El año pasado pasó algo similar con el Poseidón de Punta del Este. Al final por la manifestación de arquitectos se decidió no demolerlo», planteó Giménez.
«Pittamiglio, la heladería Cantegril: son casos similares, estas cosas suceden siempre. Todos los edificios tienen algún valor histórico. El tema es cómo conjugamos el progreso con el patrimonio o el valor histórico: dónde está el límite», dijo el historiador.
«Las réplicas pierden el valor inmaterial, aunque sea la réplica sea idéntica. Para muchos pierde el valor de lo que se vivió en el lugar, de su historia en sí. La réplica ya no va a ser igual», planteó Giménez.
«Otro caso fue el de Asimakos. Se demolió en enero, cosa de que no se enterara mucha gente. Supuestamente se iban a hacer tiendas y mantener un poco el edificio. Sin embargo se demolió, y la gente se quejaba cuando un mes antes ni sabían que estaba abandonado», dijo. «Asimakos no tenía ninguna protección, pero se puede poner en una lista para que si se hacen nuevos proyectos en el lugar se deba mantener la estructura», agregó.