El rol de las empresas es clave para el crecimiento económico. Como el clima de negocios es relevante para la actividad empresarial, el director de Carle & Andrioli Contadores Públicos, Darío Andrioli, analizó cómo se encuentra el mismo en la región y en Uruguay.

Aldo Silva: ¿Cuál es el estado actual del clima de negocios en América Latina?

Para evaluarlo consideramos el Índice de Clima Económico para América Latina, realizado por Fundación Getulio Vargas (Brasil) y el Instituto de Estudios Económicos de Universidad de Múnich que consulta a especialistas de 15 países.

De acuerdo al mismo el contexto de negocios en la región bajó en abril incidido por expectativas negativas para dos países relevantes como Brasil y México. El indicador baja al mismo nivel de julio del año pasado, luego de haber mejorado en segundo semestre 2018.

Según los analistas están incidiendo en algunos países problemas como corrupción, infraestructura inadecuada, falta de innovación y confianza en la política económica y problemas de competitividad. 

A.S.: Según este estudio ¿cómo se encuentra el clima de negocios por países?

El estudio muestra que desmejora en varios países de América Latina, mientras que mejoran las perspectivas para países emergentes y para las mayores economías mundiales.

En la región tienen el mejor clima negocios y se ubican en “zona favorable” para inversión: Perú, Colombia, Paraguay y Chile.

A mitad de tabla, con puntuación negativa y ya en zona considerada desfavorable, se encuentran Bolivia, Brasil y Uruguay.

De acuerdo a este índice económico, tienen peor ambiente de inversiones que nuestro país Ecuador, México y Argentina. En la última posición se encuentra desde hace tres años Venezuela.

A.S.: En particular en Uruguay, ¿el clima actual de negocios no es favorable?

No es favorable tanto para este estudio como para la última Encuesta de Expectativas Empresariales que realizó Deloitte.

Según esta encuesta casi 40% de las empresas evalúan el clima de negocios como malo o muy malo, la mitad lo considera como regular y menos de10% lo evalúa como bueno o muy bueno.

Además casi el 80% considera que el clima de inversiones es peor que hace un año. Si bien el saldo de expectativas actual es algo menos negativo que hace seis meses, sigue siendo pesimista.

A.S.: En el clima de negocios es clave la expectativa de rentabilidad, ¿qué perspectivas de rentabilidad tienen las empresas uruguayas?

La mitad de las empresas consultadas por Deloitte considera que su rentabilidad actual es menor que un año atrás, 35% que se mantuvo igual y sólo 15% respondió que mejoró su resultado.

Para el próximo año un tercio de empresas estima que bajará y menos del 20% esperan una mejora de sus resultados económicos.

En este contexto esperan incrementar su nivel de actividad algunas empresas por ej de construcción, agronegocios y servicios. Por su parte, prevén bajar su producción empresas del sector comercio, mientras que las industrias no prevén variaciones significativas.

A.S.: ¿Cuáles son las principales dificultades de las empresas?

En general diferentes relevamientos ubican como dificultades importantes los altos costos de producción y problemas de competitividad (si bien mejoró con extraregión, caída de 10% en tipo de cambio real con la región en últimos 12 meses a marzo, BCU).

Se presentan problemas de demanda, tanto interna (moderación de consumo) como externa (baja 1% exportaciones de bienes en primer cuatrimestre). Otras dificultades para las empresas son por ejemplo mayor regulación y el financiamiento.

En contrapartida son valorados por las empresas extranjeras factores como por ej. seguridad jurídica, estabilidad económica e incentivos a inversión según encuesta de Uruguay XXI de fines del año pasado.

A.S.: Este escenario pesimista para la actividad empresarial, ¿afecta las posibilidades de recuperar el dinamismo de nuestra economía?

En general con estas perspectivas las empresas no prevén aumentar los niveles de inversión ni de empleo, dos factores clave para el crecimiento de la economía. Muchas empresas están previendo reducir personal y disminuir sus niveles de inversión.

En este marco las expectativas de mercado sobre el desempeño del producto es baja para este y para el año que viene (menor a 1% en 2019 y por debajo de 2% en 2020, encuesta de BCU). Recién en el mediano plazo se estima retomar tasas de crecimiento mayor a 2%.

A pesar del déficit fiscal ha sido positivo para el contexto económico la ratificación de Standard & Poor’s del grado inversor con perspectiva estable.

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