Liverpool derrotó 2-0 a Tottenham y se consagró campeón de Europa por sexta vez en su historia, partido disputado este sábado en el Estadio Metropolitano de Madrid.

Pasó mucha agua por debajo del puente desde aquella noche gloriosa de Estambul 2005. Salvo la final de Atenas 2007, instancia donde consiguió el subcampeonato ante Milan, Liverpool vio como desaparecían sus aspiraciones internacionales, alas que le permitían volar por los cielos del viejo continente.

Esos períodos turbulentos llegaron a su fin,  gracias al arribo de un técnico alemán alejado del establishment futbolístico, un rebelde que contradice todas las dinámicas de plástico que imperan en el mundo de la pelota. Pero al igual que los reds, este personaje también quería cicatrizar sus heridas deportivas.

Jurgen Klopp llegó a Anfield Road con la espina de no haber ganado la Champions League de 2013. En aquel entonces, el DT germánico orientaba a Burussia Dortmund, elenco sensación de aquella edición. Los aurinegros disputaron la final de Wembley, pero Bayern Múnich resultó ganador del cetro continental.

Este pacto angloalemán pasó a ser una simbiosis, porque ambas partes juntaron fuerzas para llegar a un objetivo común. Los tropiezos no faltaron, pues las finales de Europa League de 2016 y Champions League de 2018, fueron golpes tremendos para la moral roja. Pero como todo equipo grande, supo levantar cabeza para tomar fuerza y alzar vuelo.

Las convicciones de Klopp y sus dirigidos permitieron a Liverpool jugar la gran final de este sábado; pero no fue fácil. Un ejemplo claro sucedió en semifinales, cuando Barcelona le propinó un 3-0 en el duelo de ida; sin embargo, los pentacampeones europeos remontaron la serie al ganar 4-0 y sellaron su pasaje a Madrid.

Hoy se midieron a otro elenco que también conoce de remontadas. Tottenham llegó a esta instancia al superar a Ajax en un partido dramático celebrado en Ámsterdam. Con un 0-3 como resultado global, los spurs y su valentía golpearon la mesa para imponen sus condiciones y, gracias a los tres goles de visitante, se aseguraron un lugar en el último duelo copero.

Colisionaron dos potencias contemporáneas del fútbol inglés; sin embargo, Liverpool partía como favorito. Sus individualidades, juego vertical e historia, hacían peso en la balanza. A pesar de ello, los londinenses comandados por Mauricio Pochettino cosecharon una identidad basada el protagonismo del juego, concepción que los transformaba en una escuadra de respeto.

Este no fue el mejor partido de los orientados por Klopp, pero les alcanzó para quedarse con el triunfo. El fútbol le dio su revancha a Mohamed Salah, quien en la final anterior disputó 30 minutos producto de una lesión en su brazo. Hoy abrió el camino hacia el triunfo para los rojos, al marcar un tanto de penal durante el segundo minuto de juego.

La primera mitad tuvo a Liverpool como ejecutante de las principales jugadas, haciendo intervenir al guardameta Hugo Lloris en varias oportunidades. La entidad de Londres tenía la pelota, pero se le hacía difícil romper el cerrojo del rival.

El segundo tiempo mostró a Tottenham con una actitud más intensa, siempre con el balón en su poder para lastimar. A medida que pasaban los minutos, el equipo de Pochettino llegaba con mayor peligrosidad pero se topaba con las manos del arquero  Alisson Becker, quien tuvo una actuación sobresaliente sobre suelo madrileño.

Los blancos se vieron impotentes, no conseguían romper el cero del rival y eso les pasó factura. Fiel a su estilo, esperando para atacar ante la vulnerabilidad del rival, Divock Origi sentenció el encuentro con su tanto en el minuto 87. El árbitro agregó cinco minutos, pero los reds ya se sentían en el olimpo del fútbol europeo, un recinto del que se alejaron durante varios años y que deseaban volver a toda costa.

Al igual que la vida, el fútbol le dio revancha a este Liverpool de juego rápido, paciencia y letalidad. Con el paso del tiempo y a la mano de Klopp, formó un equipo competitivo desde atrás hacia adelante, visión y decisiones que le permitieron retornar a la élite del fútbol internacional. Como en la década de los años ’70, Liverpool estampó su nombre en la rica historia del balompié continental.

UEFA CHAMPIONS LEAGUE – FINAL

TOTTENHAM 0-2 LIVERPOOL

ESTADIO: Metropolitano (Madrid)

TOTTENHAM: Lloris; Trippier, Alderweireld, Vertonghen, Rose; Sissoko (74’ Dier), Winks (66’ Lucas); Alli (81’ Llorente), Ericksen, Son y Kane. DT: Mauricio Pochettino.

LIVERPOOL: Alisson; Alexander-Arnold, Matip, Van Dijk, Robertson; Henderson, Fabinho, Wijnaldum (62’ Milner); Salah, Firminho (58’ Origi) y Mané (90’ Gómez). DT: Jurgen Klopp.

GOLES: 2’ Salah, de penal, (L), 87’ Origi (L).

(Por Aldo Mattos – La Oral Deportiva)