El periodista Antonio Ladra, en su espacio «Lugar a dudas» en Fuentes Confiables, se refirió a los posibles debates entre candidatos presidenciales.

Hace poco más dos meses el senador Rafael Michelini me dijo que hay un 10% del electorado que será definitorio en esta elección. Es un sector volátil poco formado políticamente, estimó Michelini, uno de los legisladores más experimentados del Parlamento con que cuenta el oficialismo.

Pero el oficialismo no solo mira a ese 10%, sino que a través de sus múltiples manifestaciones y por diferentes canales realiza esfuerzos para conquistar el cuarto gobierno. En ese sentido se inscribe la participación del PIT CNT en la campaña electoral, cosa que desde hace mucho tiempo se hace de manera poco disimulada. La bandera de largada de la central obrera para la campaña electoral fue en el acto del primero de mayo, donde advirtió a la oposición que en caso de que lleguen al poder no tendrán tregua alguna. Pero también hubo algún llamado de atención para el oficialismo que es consciente del peso que tiene esta organización.

Este posicionamiento del PIT CNT se reafirmó con la realización de un paro general de medio día el pasado mes de agosto y vuelve a hacerlo ahora, con el anuncio de una movilización contra una propuesta de Ernesto Talvi, quien curiosamente dijo lo mismo que había dicho hace un tiempo el ministro de economía Danilo Astori: hay una inflación de empleados públicos.

Los dirigentes sindicales consideran que los datos de las últimas encuestas auguran una elección disputada y eso los lleva a participar en la campaña y lo hacen a su manera.

Y por más que se diga que no es contra nadie sino en defensa de las conquistas y que el presidente del PIT CNT, Fernando Pereira repite que la central sindical no les dice a sus afiliados qué votar, en una campaña electoral las especulaciones están arriba de la mesa y está claro hacia dónde quieren que los asalariados orienten su voto.

Mientras tanto, a 32 días de las elecciones nacionales, se reafirma el dato ya esbozado desde el inicio de la campaña electoral que habrá segunda vuelta y que no habrá mayorías parlamentarias en lo que se puede advertir como la instancia más competitiva de los últimos 25 años, con una segunda vuelta de bandera verde.

Los candidatos están como Carlos Gardel.

De todos modos, la reciente movilización, realizada en la rambla montevideana trajo un aliento al oficialismo donde algunos dirigentes se muestran confiados en obtener la mayoría parlamentaria el domingo 27. Mientras tanto, desde el Partido Nacional están convencidos de que eso no ocurrirá y que el último domingo de noviembre será Luis Lacalle Pou quien disputará cabeza a cabeza la Presidencia de la República con Daniel Martínez.

En este escenario, el debate Lacalle – Martínez del próximo 1 de octubre se convierte en algo trascedente para los tres principales candidatos, primero para los dos debatientes porque se posicionan como los que van a definir la elección y en eso tiene razón Talvi quien quedó excluido. Pero, por otro lado, el debate será importante para Talvi porque si Martinez- Lacalle no tienen una buena performance, el colorado puede hacer caudal de esa situación.

Con respecto a la protesta de Talvi miremos el tema desde otro punto de vista: si el debate fuera de tres, en realidad sería Martínez quien se vería perjudicado, dado que es dable esperar un embate, una alianza entre Lacalle –Talvi para enfrentar a Martínez. En todo caso debería ser un triangular. En este sentido, se entiende mejor la negativa de Martínez a debatir con Talvi que se conoció hoy en la mañana. El debate, en fin, generará atención y el desempeño de los candidatos puede ser uno de los factores que incida en la recta final.

Esto lo sabe Talvi por lo que su salida a los medios fue para protestar, sí, pero también para ganar en visibilidad luego de haber estado un tiempo fuera de competencia por una dolencia lo que le ha hecho perder fuelle en este último tiempo.

Así las cosas, salvo acontecimientos que a esta altura son muy difíciles de imaginar, habrá una segunda vuelta en noviembre entre Martínez/Villar y Lacalle/ Argimón, algo histórico porque por primera vez en las dos fórmulas finalistas hay mujeres. Respecto a la mayoría parlamentaria, aunque sea poco probable, el Frente Amplio, como la celeste de antes, aún tiene chances matemáticas de obtenerla, pero esto dependerá estrictamente de ese 10% electoral al que aludió Michelini en la conversación que cite al inicio.

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