El secretario general de la Junta Nacional de Drogas, Diego Olivera, dijo en Fuentes Confiables que están atentos a las recomendaciones médicas que llegan desde el exterior.
Sobre la naturalización del cannabis en las personas, si se piensa que está bien consumir, explicó que «en ese sentido no sería tan positivo», y comentó que «en lo cultural y el tema de los consumos, importan los equilibrios (…) Todo consumo de droga tiene riesgo».
Asimismo afirmó que en el período 2016-2018 «la percepción de riesgo se incrementó levemente. Aquella hipótesis de que la regulación legal a través de una ley podría generar un desplome de la percepción del riesgo, que la gente diga, si es legal no hace mal, no funcionó de esa manera. La percepción de riesgo se mantuvo robusta».
Informó que «el porcentaje de la sociedad uruguaya que considera que consumir cannabis frecuentemente es riesgoso está en el 70%. Sí es menor la percepción de riesgo en el consumo esporádico».
Señaló que «hemos vigilado con mucho celo que no se pueda promover ni publicitar», agregó que «no se le permite ni a las empresas y a los clubes cannábicos».
Expresó que «no queremos que el cannabis se transforme en una mercancía más, sino que tenga un abastecimiento legal para desplazar al mercado ilícito pero que no se promocione».
En cuanto a la disminución de la incidencia de los narcotraficantes, afirmó que «es la del prensado paraguayo. La historia del abastecimiento de marihuana en Uruguay era mayoritariamente a través de ladrillos comprimidos que venían desde Paraguay».
Señaló que «además de ser un producto vendido por el crimen organizado, produce una serie de daños a la salud adicionales a lo que la marihuana produce».
Informó que «en el 2014 en un 58% de los consumidores de cannabis decían abastecerse de prensado paraguayo, en 2018 ese valor es de 11%, entonces se redujo una quinta parte», por lo que «es positivo, porque el producto que manejan los narcotraficantes está siendo escasamente colocado en el mercado uruguayo».
En cuanto al alcohol afirmó que es un problema «desde el punto de vista de la salud. No tenemos comercialización ilegal, lo que preocupa es la venta informal y no supervisada».
Respecto a la vaporización del cannabis, indicó que si bien «lo que ha sucedido en el mundo que hay una gran difusión de dispositivos electrónicos para fumar», explicó que «lo que ha sucedido en Estados Unidos, donde está más difundido, es que han habido enfermedades respiratorias muy importantes asociadas a ella».