Ese lunes éramos distintos, todos los colegas con los que habitualmente compartimos las tardes, llegamos con la conciencia de colaborar, de cuidarnos entre todos para poder seguir informando a la gente con responsabilidad.

Por Matías Garro 

Muchas noticias de todo tipo llegan primero a los oídos de los periodistas. El pasado viernes ya sabíamos antes de que fuera anunciado por las autoridades que el Covid 19 había pasado la frontera y se había instalado en nuestro país. Y se tardó en llegar, hace mucho tiempo veíamos lo que sucedía en el mundo y cómo las potencias mundiales se doblegaban ante la imposibilidad de frenar la llegada de este virus. Vimos tambalear a Europa, vimos lo que provocó la irresponsabilidad de los italianos, vimos el rigor de China con su población para frenar el avance del Covid 19 y escuchamos a quien fue considerada por la revista Forbes como la mujer más poderosa del mundo, Ángela Merkel decir que el 70% de los alemanes contraerían la enfermedad.

Y nos vimos de golpe rodeados, porque el virus llegó a Brasil y a la Argentina, su llegada a nuestro pequeño país era inminente. Por suerte creo que nos jugó a favor tener el diario del lunes en la mano, en este mundo globalizado donde todo llega a todos lados, ver las peripecias del mundo nos dejó una población con más conciencia para enfrentar al coronavirus.

Ese día antes de comenzar mi jornada laboral y ya sabiendo que el virus estaba en el país, solo me permití escribirle un mensaje a mi madre que se encuentra luchando contra una enfermedad y esto la transforma en un paciente con pocas armas para enfrentar al coronavirus.

En el mensaje le dije: «Mamá cuídate, el virus va a llegar y tú sabes que sos de riesgo» y ahí fue la primera vez que utilice las palabras tendencia hoy por hoy en el mundo #QUEDATEENCASA. Esa noche en Torre Ejecutiva, en una sala del primer piso aproximadamente a las 21 horas, luego de estar reunido cuatro horas con su gabinete y el Sistema Nacional de Emergencias y también haber recibido a los líderes políticos de los demás partidos , el presidente Luis Lacalle Pou acompañado por todo su gabinete brindaron conferencia de prensa.

Álvaro Delgado, Lacalle Pou en el medio y Daniel Salinas ministro de Salud Pública ocupaban las sillas. Si prestan atención a las imágenes, esa noche de viernes 13 de marzo, cuando el presidente llega a la mesa, tira de manera violenta sobre ella los papeles que contenían la información que posteriormente y prácticamente en cadena nacional iba a informar a todos los uruguayos, en esos papeles decía que Uruguay tenía cuatro casos confirmados de Covid 19.

A ese momento lo sentí como una señal de frustración, de rabia por ser portador de malas noticias. Ese Lacalle Pou que se preparó toda su vida para ocupar el lugar que ocupa hoy, ni en sus sueños más pesimistas, esperaba tener que lidiar con esta situación a tan pocos días de asumir la conducción del país. Entre los anuncios el presidente Lacalle exhortó a “no aglomerarse” y a “abstenerse de reuniones multitudinarias”.

Además anunció que se suspendía el control de asistencia en todos los niveles de enseñanza pública y privada. Evidentemente, se nos estaba anunciando un Uruguay distinto. Pasó el fin de semana y regresamos a nuestra tarea con las ganas de saber más, el gobierno tomó como norma durante toda la semana hacer anuncios en el horario de los informativos para así captar a la mayoría de las personas y hacer anuncios prácticamente en una cadena nacional.

Este lunes éramos distintos, todos los colegas con los que habitualmente compartimos las tardes llegamos con la conciencia de colaborar, de cuidarnos entre todos para poder seguir informando a la gente con responsabilidad. Se eliminaron todas las modalidades de saludos, el apretón de manos o el beso, se enfatizó en mantener las manos limpias, en aplicar alcohol en gel, en no amontonarse y guardar distancia y llegaron los micrófonos envueltos en papel film. También llegaron los debates sobre cuándo es pertinente usar tapabocas, si los guantes sirven o no sirven, si viene cuarentena o no.

 

 

Y así, día a día el Gobierno fue anunciando diferentes medidas a nivel de salud pero también económicas, y en todas ellas actualizando la cantidad de infectados, la que cada noche aumentó un poco más. Y los periodistas finalmente plantamos la guardia en Torre Ejecutiva sabiendo que al final de la jornada tendríamos algún anuncio. En mi caso y como la mayoría de los colegas que trabajan en la tarde, ya habíamos planteado bandera hace tiempo en la Torre porque veníamos de otros anuncios.

Es así señores, hace poco más de una semana se hablaba de otras cosas en el país, se hablaba de readecuación tarifaria y de suba del dólar. El Covid 19 era algo que lo veíamos por TV pasar en el resto del mundo, no en nuestra tierra.

Una de las que padeció nuestras largas jornadas en Torre Ejecutiva fue la máquina de bebidas calientes café, té, chocolate caliente, capuchino etc. Tanto así que un día le pedí un té con limón y solo dio agua caliente, ante el reclamo al personal que trabaja en el piso, me expresaron que la máquina no estaba acostumbrada a tanto uso y que tendrían que llamar para que la recarguen.

Hasta el día jueves, desde la llegada del Covid 19 a nuestro país, el Gobierno implementó 20 medidas. El día jueves 20 de marzo llegaron las primeras indicaciones por parte del gobierno para los periodistas, subimos al piso uno de Torre Ejecutiva más tarde de lo habitual. Se nos enfatizó en guardar distancia entre colegas y se pidió a los camarógrafos guardar también distancia prudente.

A los fotógrafos que tomaran sus imágenes desde sus asientos en la primera fila y que no hicieran su habitual aglomeración, en búsqueda de la mejor foto. El personal de recepción en Torre Ejecutiva por primera vez trabajaba con tapabocas, el personal de la cabina ya no daba la fichita para el café en mano, sino que acercaba un vaso de plástico para que uno mismo la tomara.

A pesar de que en todo momento el personal del lugar nos trata con amabilidad, se notaba ya desde mitad de semana que alteramos el lugar. No es común para ellos tener todas las tardes entre 15 o 20 personas de los medios. No están acostumbrados a ese movimiento continuo. Tan así que la persona que maneja el ascensor secundario, por decir de alguna manera, un ascensor que está a un lado hacia la calle Liniers, como de costumbre queda en planta baja y se lo llama por teléfono para que suba si alguien solicita usar el ascensor para descender. Imaginen la cantidad de veces en el día que se usó ese ascensor único que se nos permitía usar con todos los periodistas, cámaras y fotógrafos que subían y bajaban, salían a fumar o a comprar comida. «Esto en algún momento se va a cortar » es la frase que se escucha entre pasillos.

Y finalmente llegamos al viernes donde se nos anuncian nuevas medidas que se agregan al protocolo de seguridad, seguramente, a partir del día lunes no estará permitido el ingreso de cámaras a la sala de conferencias. Solo podrán estar dentro de la sala los periodistas y quiénes brinden la conferencia. Los medios que quieran transmitir la conferencia deberán tomar la transmisión que realiza Presidencia a través de su página web.

El viernes nos fuimos de la Torre con nuevos anuncios con la creación de una aplicación que evacue dudas en cuanto al avance de la pandemia a la población y con medidas y beneficios al Mides, pero también nos llevamos la confirmación de 110 casos de Coronavirus en el país. Nos llevamos también el sentimiento de que hay conciencia en la población tras escuchar al presidente de la Cámara de Transporte Juan Salgado indicar que bajó un 70% la venta de boletos y por ello serán reducidas en un 50% las frecuencias. Me voy con ganas de descansar pero también de volver para estar ahí en el momento de los anuncios, para estar en primera fila e informar a quienes nos escuchen de la mejor manera y más responsable, para salvarlos de las noticias falsas y del oportunismo. Para contar las cosas como están pasando y que cada uno saque sus conclusiones.

 

Foto: FocoUy / Gastón Britos