Más de 5.000 personas viven en la localidad de Puente Alto con un alto índice de vulnerabilidad socia.

El coronavirus también golpea la economía de las familias en Chile. Tras varias semanas de confinamiento, el cese de las actividades han provocado que aumente las filas para pedir comida en muchos países. Ante esta situación, los vecinos de Puente Alto, al sudeste de Santiago de Chile, han decidido construir un comedor social para dar apoyo a las comunidades más golpeadas.

Solo en Puente Alto viven más de 5.000 personas con un alto índice de vulnerabilidad social. «Unos vecinos tenían unos pequeños que no tenían qué comer. Eso fue lo que me motivó para salir y empezar esta iniciativa, porque en realidad es mucha la pobreza», dijo Paula Caro, líder del proyecto.

Según el ministerio de trabajo chileno, el número de desempleados ha aumentado de forma vertiginosa. Los programas de gobierno que incluyen un ingreso mínimo de 300 dólares no parecen ser suficientes, y las filas de personas pidiendo comida son tan largas que los voluntarios no dan abasto.

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