Una nueva columna de Darío Andrioli, Director de CARLE & ANDRIOLI Contadores Públicos
El 30 de junio cerró una nueva zafra agropecuaria. Hoy CARLE & ANDRIOLI Contadores Públicos propone analizar cuál fue el desempeño de esta zafra 2019- 2020 en materia de producción, precios, inversiones y endeudamiento.
PE Para empezar ¿cómo fue el área sembrada? ¿y la producción agropecuaria?
Luego de cinco años de caída, la superficie total de los cultivos en la última zafra se mantuvo similar, aunque con cambios en su composición (bajó el área de cultivos de verano como soja y arroz y aumentó en cultivos de trigo y maíz).
En cuanto a la producción agrícola, los rendimientos de esta campaña determinaron una baja en índice de productividad. Por la sequía, impactó baja en rendimiento de soja (menor a media histórica e inferior 27% a zafra anterior)
Por su parte, en la zafra fue similar la producción lechera, con poca variación en la remisión de leche a plantas industriales (aumentó menos de 1%).
Respecto a la producción ganadera, la extracción en número de cabezas bajó 20% en la zafra, con caída tanto de faena como de exportación de ganado en pie
PE ¿Cómo fueron los precios de los productos agropecuarios?
En la zafra los precios internacionales de los productos agropecuarios tuvieron comportamientos dispares.
Por ejemplo en los productos agrícolas, según información del Banco Mundial, el arroz aumentó más de 20%, el trigo bajó 10% y la soja se mantuvo similar.
Respecto a los precios pecuarios, los precios para el productor lechero, según información de INALE, fueron similares a los de la zafra anterior. Por su parte, el kilo del novillo, a pesar de bajar en el último semestre, subió en promedio en la zafra 13%, cubriendo en parte la baja de producción.
PE En materia de inversión en maquinarias agrícolas ¿cómo fue el comportamiento en la última campaña agrícola?
El indicador de inversión en maquinaria agrícola (que elabora nuestro Estudio con base en importaciones de tractores, cosechadoras y sembradoras) aumentó 46% en la campaña 2019/2020, respecto de la zafra anterior.
A pesar de esto, la inversión se ubicó en un tercio del valor máximo observado y en la mitad del valor registrado hace una década. En la zafra 2014 (impulsada por el boom de precios agrícolas) se habían logrado valores récord de inversión agrícola, mientras que las campañas 2015 y 2016 (con caída de precios) cayó la inversión, para luego alternarse leves oscilaciones.
Destacamos la tecnología en la maquinaria agrícola invertida y que en la agricultura es clave la incorporación de nuevos equipos, tecnologías digitales e innovación para automatizar procesos e incrementar rendimientos productivos.
PE ¿Mejoró el endeudamiento del agro?
Según información del BCU, los créditos bancarios al agro a fines de mayo se ubicaban en U$S 2.370 millones, con un leve descenso de 1% en los últimos doce meses.
Debido a problemas de rentabilidad del sector y a las políticas crediticias de las instituciones bancarias, en los últimos años el agro no ha contado con un financiamiento accesible; y en las últimas seis campañas agrícolas, el crédito al sector perdió dinamismo y se mantiene estancado.
El agro termina nuevamente la zafra con un endeudamiento bancario alto, que representa un 70% de su producto y con una tasa de morosidad de casi 5% de los préstamos (algo inferior al año anterior).
PE: Para terminar ¿cuáles son las perspectivas del agro para la próxima zafra?, ¿podrá confirmarse como palanca para la recuperación de nuestra economía?
En su desempeño inciden factores económicos, de mercado y climáticos.
Comienza la nueva zafra con mejor expectativa por un dólar más alto. Su cotización en los últimos doce meses aumentó más de 20% y con una inflación de 10% permite bajar los costos en dólares de los productores agropecuarios.
Respecto a mercados, en el último mes se apreciaron mejoras en el índice de precios de alimentos FAO y repuntaron los precios de soja, trigo y lácteos.
Además dependerá del clima. En la última zafra, la sequía impactó en el desempeño del PIB agropecuario de comienzos de 2020, pero en la próxima campaña, si no ocurren problemas climáticos importantes, el agro posiblemente recupere su producto y pueda ayudar atenuando la caída global de nuestra economía por la crisis sanitaria del COVID-19.
Algunos signos positivos, por ejemplo: incremento de remisión de leche en los últimos meses, la intención de siembra de los cultivos de invierno 12% superior a la anterior (por cebada y colza) y mejores expectativas para el sector arrocero.