El comisionado de cárceles destacó que la diferencia de perspectivas hace que parece que hayan agresiones; en realidad uno aporta y surge algo nuevo.
En la oficina de Comisionado Parlamentario hay 11 personas, funciona en base a pases a comisión. «Soy el único funcionario de la oficinal», admitió el comisionado de cárceles, Juan Miguel Petit. Se institucionalizará la oficina y tendrá cargos propios, además de los voluntarios que llevan adelante actividades en cárceles. «Uno cuando dirige una oficina, la realidad a veces golpea las puertitas del ego, creyendo que es uno el que hace las cosas. Pero trabajar en equipo se da cuenta, siente en el corazón que uno hace cosas porque hay un equipo», reflexionó en Punto de Encuentro.
Sobre la posibilidad de que los privados libertad usen sus celulares, Petit sostuvo que hay lugares donde no está permitido «por razones de seguridad», aunque, por otro lado, el uso del celular significa un acceso a la comunicación y a la cultura que puede ser «controlado y auditado».
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Acerca de cómo la pandemia afectó las cárceles, Petit sostuvo que existían «dificultades la emergencia sanitaria y con el coronavirus quedaron al desnudo». «Hubo una respuesta muy buena de las autoridades y de los internos. Esto es un día a día, hay que seguir».
De tres a cuatro cárceles quiere crear el Ministerio del Interior. «Hay que hacer algunas para deshacer otras», opinó Petit. «Habrá que seguir pensando en otras cárceles, en otras cosas invisibles, que no son de ladrillos. No la cárcel tradicional, tratamientos, rehabilitación, apoyo. Lo primero es tratar de estar con la cabeza abierta, sabiendo que uno es un aprendiz», dice Petit. En los centros penitenciarios «hay reflejo de otros mundos (…) Es evidente que el delito es dañino. Uno cree en los derechos humanos porque tiene que haber un marco para enmarcar la vida humana».
Hay 10.000 personas con penas alternativas, otras tantas con delitos leves. «La posibilidad de contagio (del delito) es muy grande», dijo Petit en cuanto a quienes ingresan por delitos leves y estar en una cárcel significa un retroceso. «Hay mucho para trabajar», agregó.
«Todas las instituciones estamos en esto. La diferencia de perspectivas hace que parece que hayan agresiones; en realidad uno aporta y surge algo nuevo. El rol de organismos de monitoreos a veces está en ‘tensión dinámica'», expresó Petit.
Foto: FocoUY.