El autor del libro «La Masonería uruguaya. Porque (casi) todas las puertas conducen a esta logia» confirmó que varios de los integrantes de la masonería que fueron develados como tales lo llamaron para quejarse.

Fernando Amado, politólogo y director de Turismo de la Intendencia de Montevideo, escribió el libro titulado «La Masonería uruguaya. Porque (casi) todas las puertas conducen a esta logia». En entrevista con Punto de Encuentro explicó cómo ha evolucionado la masonería en los últimos diez años y el porqué de su interés en la gran logia. «La masonería es un tema que a mi me ha apasionado, es una institución absolutamente trascendente para el proceso histórico del Uruguay y el mundo», dijo Amado.

El dirigente explicó que la masonería en Uruguay ha sufrido cambios sustantivos desde el punto de vista organizativo y de sus integrantes esta última década. Entre el 2010 y el 2020 ocurre la concreción de lo que fue la antesala de los años precedentes. «Hay tendencias que se continúan pero hubieron cambios», explicó. Tras ese «aluvión» de nuevos integrantes, se podría opinar que la masonería «se puso de moda», pero eso no les agrada a los masones: «Al masón no le gusta que le digan que la masonería se puso de moda. Son acartonados», apuntó el escritor.

En los años 90 -cuenta Amado- la masonería estaba en crisis, no tenía quorum, el porcentaje de integrantes estaba concentrado en la tercera edad y eso generaba la natural preocupación del futuro de la institución. «Esto que es como la varicela, se incuba durante x tiempo y después salen los granitos. Algo pasó entre el 2005 y el 2010 y de alguna manera salen de salir esos granitos estos últimos años», manifiesta y explica que se conjugaron varias cosas. Entre ellas, la llegada de Tabaré Vázquez a la presidencia de la República. Tiempo antes de que asuma, los periodistas Ernesto Tulbovitz y Andrés Danza publican un libro donde develan que Vázquez era masón, «antes eso estaba escondido», recuerda Amado.

La crisis de la masonería quedó atrás y hoy hay un gran número de aspirantes, lo que genera que desde la logia puedan ser más selectivos a la hora de escoger a sus integrantes. «Hubo gente que entró y se dio cuenta que no era para él a los meses. Los masones creen que eso es malo para la institución», informó el politólogo. Incluso, dice, hay gente joven que quiere ingresar. Hoy el promedio de edad de los integrantes de la logia es de 55 años y la edad promedio de los aspirantes es de 44. El «aluvión de ingresos» significó un gran aumento patrimonial: «Sus integrantes pagan una cuota a la logia y otra a la gran logia. Hay más dinero que permite generar obra. La institución no estaba preparado desde el punto de vista edilicio para tantos nuevos ingresos, había dos turnos».

Una de las grandes evoluciones de la masonería en estos últimos años fue el avance de las logias femeninas. Hace más de diez años había 100 mujeres masonas y hoy son cerca de 800. Entre sus integrantes se encuentra la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón.

Consultado sobre si era condición sine qua non no ser masón para escribir un libro sobre masonería, Amado contestó que no, pero que los masones que han escrito sobre la logia han recopilado su historia. En el libro él revela secretos que no podría revelar si hubiera hecho el juramento de ingreso. De hecho, varios de los integrantes cuyo nombre reveló se enojaron y él contestó que no había hecho ningún juramento y al ser de interés periodístico, los difundió.

Escuche la reflexión de Fernando Amado sobre los masones que se han enojado por haber revelado su nombre

 

Escuche la entrevista Punto de Encuentro a Fernando Amado