Por Antonio Ladra

Cayó así de golpe. Los humanos no estábamos preparados para enfrentar el Coronavirus, y por eso hicimos que las maquinas lo hicieran. En Wuhan, el epicentro del virus, se construyó en tiempo record un hospital atendido por robots.

Este martes, en una de las sesiones virtuales del Foro Económico Mundial de Davos, el evento global de CEOs y líderes políticos, en el marco del tema El futuro del trabajo, presentaron el ejemplo de un robot en un hospital de Munich, Alemania

Tiene nombre, «Franziska», se llama. Es un robot que limpia el piso mientras los limpiadores humanos permanecen ausentes debido a la pandemia.

Mientras el mundo continúa confinado, la robótica y la inteligencia artificial lo mantienen en movimiento, pero deja en claro que son una amenaza para algunos tipos de trabajos no especializados.

En 1995, Jeremy Rifkin, creador de la teoría de la Tercera Revolución Industrial, basada en las Tecnologías de la Información, publicó un libro que ya desde el título provocaba: El fin del trabajo. Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo: el nacimiento de una nueva era.

En su trabajo Rifkin auguraba que las máquinas inteligentes sustituirían poco a poco a los seres humanos en tareas de producción y administración, condenándolos al desempleo, o peor aún, a la miseria. Pero no pronosticó que podíamos estar inmersos en una pandemia, que un virus aceleraría esos procesos, que los robots, nos ayudaron a producir cuando los humanos enfermaron.

Estamos frente a la incertidumbre a pesar de que el futuro es un derecho. Hay incertidumbre por el cambio climático, por el futuro del trabajo, por la economía, por las desigualdades por la expansión del odio y la violencia.
Ya está en el horizonte la vacuna contra la Covid. ¿Será la solución? No lo sabemos, porque justamente, estamos en un mundo lleno de incertidumbres. El fin del mundo que hemos conocido ya lo estamos viviendo, pero, ¿qué mundo vendrá? ¿El de los robots?

¿Dejarías que una máquina, sin sentimientos, cuidara de tu madre o tu padre?

De otro lado: ¿Dejarías a tu hijo al cuidado de un robot? ¿Las nuevas generaciones, las que están creciendo en un mundo con barbijo, sin abrazos y con distancia física sostenida verán como algo lógico la interacción con las máquinas? El tiempo dirá.

Dicen que reinventar es la palabra, yo creo que es sobrevivir.

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