Por Antonio Ladra
Somos un grupo de periodistas que día tras día, desde hace un año, venimos dando como principal noticia el avance de la epidemia de Covid 19. Hoy la situación sanitaria del país es trágica, con un promedio de muertes, para lo que va del mes de abril, que superan las 40 por día. Cada noticia que damos sobre el número de muertes nos estruja el corazón, pero tememos que vayamos a naturalizar esas cifras como lo hicimos con el ajuste de cuentas y darlo como algo inevitable. Nos negamos a ello.
Aumentan las muertes por la enfermedad, las que ahora tienen nombres, rostros, historias, vivencias compartidas. Estamos en medio de una situación dura, la más dura que nos tocó sufrir como sociedad y cuando sobrevienen catástrofes la gran mayoría asume su cuota parte de responsabilidad, se cuida, atiende a las recomendaciones de médicos y especialistas, del gobierno.
Es una catástrofe y es natural que se mire al Estado, a las autoridades, a quienes se les delegó el derecho y la responsabilidad de gobernar.
En medio de esta situación, donde nada de lo que pasa nos es ajeno, vemos con preocupación y alarma como el sistema político, todo el sistema político, se ha ido tensionando y generando a su vez que de un lado y del otro, de una burbuja a otra, haya palabras cada vez más fuertes y un gasto de energía que debería estar puesto en la búsqueda de soluciones para enfrentar la pandemia.
El sistema político no está dando la talla y a través de esta carta le reclamamos esa altura de miras que sabemos, por su historia, que tiene pero que en estos momentos no aparece. No es hora de cobrar cuentas, no es hora de culpar a unos y a otros por lo que se hace o por lo que no se hizo.
Le reclamamos asumir la responsabilidad histórica de bajar las banderas y hacer del combate a la peste una causa común. Lo exige cada uruguayo que ha muerto por esta epidemia.
El combate a la pandemia nos tendría que hacer mejor personas, no peores e insensibles, y, como en todos los órdenes, el primer ejemplo debe provenir de quienes han recibido la confianza de la ciudadanía para gobernar, cada uno en su rol, Poder Ejecutivo y Poder Legislativo así como el Poder Judicial y los dirigentes con responsabilidad en sus respectivos partidos.
Al periodismo y a los periodistas se les reclama objetividad y fundamentalmente que sea honesto y veraz y justamente por ello no podemos ser prescindentes ni dejar de opinar y ese es el espíritu de esta carta abierta y no otro.
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Foto: Dante Fernández / FocoUy