En esta fecha Uruguay también le ganó a Argentina por la Copa América en 2011, y falleció Ghiggia en 2015.

Este 16 de julio se cumplen 71 años del «Maracanazo», partido en el que Uruguay le ganó 2-1 a Brasil por el Mundial de 1950 y obtuvo su cuarto mundial en el Estadio Maracaná de Río de Janeiro. Los goles fueron convertidos por Juan Schiaffino y Alcides Ghiggia, quienes dieron vuelta el gol brasileño de Friaça.

Hoy, días después de la conquista argentina de la Copa América 2021 en el mismo estadio, el Maracanazo uruguayo volvió a tomar relevancia: Argentina fue la segunda selección que le pudo ganar un partido oficial en la historia a Brasil en el Maracaná. Es decir, Brasil estuvo 70 años invicto en su mítico estadio, que fue inaugurado para el Mundial del 50.

La previa

Ese 16 de julio de 1950 los números oficiales indican que había 173.850 brasileros en el estadio levantado para esa fecha, para el día que Brasil se iba a consagrar por primera vez campeón mundial. Así lo decían los diarios y las radios locales, y así lo dijo el presidente de Brasil, Getúlio Dornelles Vargas, en su discurso previo al partido.

La «Canarinha» venía a un ritmo arrollador: en fase de grupos venció en Río a México por 4-0 y a Yugoslavia 2-0, mientras que en su único partido en San Pablo empató con Suiza 2-2. En la ronda final (jugaban los cuatro ganadores de los grupos en un todos contra todos para definir el título) venció a Suecia 7-1 y a España 6-1.

Uruguay, por su parte, venía de una huelga general de futbolistas en 1948 que se había extendido siete meses hasta 1949, y había suspendido un Campeonato Uruguayo. El Campeonato Sudamericano de ese año fue disputado por la Celeste con juveniles. Al Mundial llegó con el técnico de Central Español, Juan López, que fue discutido hasta último momento por los dirigentes uruguayos debido a la campaña mediática del húngaro Emérico Hirschl, director técnico de Peñarol, por hacerse con el puesto.

La lista de jugadores también sufrió sus problemas: Uruguay perdió a su delantero Walter Gómez, luego de golpear a un árbitro en un clásico entre Nacional y Peñarol. La situación se destrabó, pero el jugador, suspendido en Uruguay por un largo tiempo, se fue a River Plate argentino, cuando en ese momento los jugadores que estaban en el extranjero no podían jugar con su selección.

En el Mundial, debido a la baja de algunos equipos, solo tuvo que enfrentarse a Bolivia en fase de grupos. Le ganó 8-0 en el Estádio Independência de Belo Horizonte. En la fase final comenzó empatando con España 2-2, y luego venció a Suecia con un 3-2 cerca de la hora. El favorito claro, el 16 de julio, era Brasil.

El partido

Previo al partido nació la leyenda del capitán de esa selección, Obdulio Varela: durmió una siesta en el vestuario del Maracaná antes del partido, y dijo en la charla previa «los de afuera son de palo». Uruguay formó con Máspoli; González, Gambetta, Tejera, Andrade; Varela; Ghiggia, Pérez, Miguez, Schiaffino, Morán.

El primer tiempo terminó 0-0, y Brasil con el empate se consagraba campeón. La situación empeoró con el gol de Friaça apenas comenzada la segunda parte. Varela agigantó su mito enfriando el partido, intentando hablarle en español al árbitro inglés George Reader, para decirle que la pelota estaba desinflada. Los ánimos de los casi 200.000 brasileños se calmaron y Uruguay creció en la cancha.

El empate lo puso Schiaffino, tras una escapada por derecha y centro de Ghiggia, a los 66 minutos. A los 79 Ghiggia hizo una pared con Julio Pérez, se escapó por derecha, ingresó al área, y definió sobre el primer palo del golero Barbosa. El 2-1 no se movió, y en el medio de un córner Reader terminó el partido para que Uruguay lograra su cuarta estrella.

La fiesta

Jules Rimet, presidente de la FIFA, bajó de su palco antes de terminado el partido. Cuando llegó, no sabía que Uruguay era el campeón, por lo que Obdulio Varela tuvo que prácticamente sacarle de las manos el trofeo que llevaba el nombre del presidente.

La historia cuenta que el capitán uruguayo salió por los bares de Río a tomar con los locales, que lloraban por la derrota. Se dice que la derrota ocasionó suicidios en las calles brasileñas.

Los dirigentes uruguayos se habían ido previo al partido a Uruguay, diciéndole a los jugadores que les bastaba con mantener el honor. En el país fueron recibidos como héroes, aunque luego muchos de ellos murieran en la pobreza.

Coincidencias

El 16 de julio Uruguay también venció a Argentina por la Copa América de 2011, en el Cementerio de los Elefantes de Santa Fe, en los penales, tras empatar 1-1 en los 120 minutos. Uruguay luego obtuvo su decimoquinta copa continental.

Ese día también falleció Alcides Ghiggia, en 2015, a sus 88 años. Era el último jugador uruguayo de ese plantel con vida.