Por Antonio Ladra

Luiz Inácio da Silva más conocido como Lula da Silva, fue un obrero metalúrgico, sindicalista y político brasileño. Fue el 35°. Presidente de la República Federativa del Brasil entre el 1° de enero de 2003 y el 31 de diciembre de 2010. Lula obtuvo la victoria en las elecciones de 2002, y fue investido presidente el 1 de enero de 2003. En las elecciones de 2006 venció otra vez en las elecciones presidenciales y obtuvo un segundo mandato como presidente, el cual finalizó el 31 de diciembre de 2010. Ahora, según las encuestas, es favorito para las elecciones del año próximo.

Fernando Pereira Kosec fue elegido presidente del PIT CNT en junio del año 2015. Tiene 55 años. Es de izquierda, frenteamplista, católico. Se mueve en otros escenarios como amante del teatro, hincha de Goes en el basquetbol y de Peñarol en el fútbol y le gustan las murgas: es un uruguayo medio.

Su nombre ha estado en la calle en estos días y no por su actividad sindical propiamente dicha, que ya la abandonó sino porque es uno de los tres candidatos para presidir el Frente Amplio, quizás el que tiene mayores posibilidades. Los otros candidatos son Gonzalo Civila e Ivonne Passada.

Como en el caso de Lula, Pereira debió dejar, lo escribo en sentido figurado, el mameluco y ponerse el traje. Estos pases reeditan las polémicas y debates sobre la independencia de clase, y que Pereira ha sorteado sin problemas.

En Uruguay existen sobrados ejemplos de sindicalistas que pasan a la política. Sin ir más lejos, José D´Elía, quien fuera presidente del PIT CNT, líder histórico de los trabajadores fue candidato a Vicepresidente de la República por el Frente Amplio en noviembre de 1984, acompañando a Juan José Crottogini, en una fórmula alternativa debido a la proscripción de su máxima figura, el General Líber Seregni.

Los dirigentes sindicales uruguayos en general pertenecen o han pertenecido a la izquierda política e incluso cuando el Frente Amplio accedió al poder por primera vez en la intendencia de Montevideo con Tabaré Vázquez, en el año 1990, su gabinete se compuso por muchos dirigentes que provenían del sindicalismo. En aquel momento aquello le generó un problema al PIT CNT, en tanto fue vaciado de sus cuadros de dirigentes, pero a la vez se procesó un recambio generacional importante. Fue una de cal y otra de arena.

Ahora, con la salida de Pereira de la presidencia del PIT CNT, un hombre que ha logrado ser un indiscutido, en la orgánica sindical se deberá procesar cambios en la estructura de la organización, porque hoy no hay nadie que genere consenso. Para ello el PIT CNT deberá dejar de lado las figuras de presidente, vicepresidente y secretario general, como ahora, para volver a los coordinadores por corriente sindical.

Pereira se ha caracterizado por su capacidad negociadora y articuladora, en eso hay consenso en todo el sistema político. En verdad, con Pereira el Frente Amplio salva un problema que ya lo estaba complicando, pero deja desnudo al PIT CNT y le traslada el problema a la central sindical.

Un punto más y en esto no tiene responsabilidad Pereira es que el Frente Amplio fue impulsor de la cuota de género, pero no tiene mujeres en sus cuadros o tiene muy pocas militando, por lo menos eso es lo que se ve. Todo parece indicar que Pereira será el presidente del Frente Amplio y más adelante, ¿será candidato único? Es probable que ello ocurra. Para el Frente Amplio es necesario salir de la actual situación y volver al gobierno. La coalición de izquierda no se siente cómoda como oposición a pesar de que surgió así a la vida política y se mantuvo largos años, dictadura militar en el medio.

Para Pereira, ser presidente del Frente Amplio es un salto en su carrera política, sin duda, pero no es lo mismo presidir la central sindical que el principal y más grande partido político por más que sea una coalición.

Por lo pronto, más allá de tener que lidiar con una interna que siempre es complicada, deberá mirarse en el espejo de los cambios que experimentó Lula. Por lo pronto Pereira deberá cambiar, sin dejar de ser el mismo, su imagen y hasta su construcción lingüística. El auditorio al que se deberá enfrentar como presidente del Frente Amplio e incluso como candidato es diferente, más amplio, aunque las líneas argumentativas se mantendrán porque son parte de los discursos de las izquierdas.

Y aunque Pereira no forma parte de una línea marxista, sabe que para convocar por fuera de los votantes frenteamplistas, deberá moderar su discurso, como hizo Lula, conciliando la importancia de la economía de mercado con las prácticas a favor de la igualdad social, en un tránsito de la izquierda hacia el centro y en esto lo ayudará, sin dudas, la reorganización que hoy se está procesando en el llamado “espacio seregnista” donde hay una gran dispersión de sectores y la figura de Pereira puede ser el catalizador.

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Foto: FocoUy