Por Joaquín Pisa.

El club Bohemios disputó en febrero y marzo el torneo sudamericano de clubes de volley y quedó septimo entre 9 equipos. Peleó mano a mano con varios equipos, pero al final, a pesar de las distancias enormes con los argentinos y los brasileños, siempre faltaba otra cosa: la altura.

Es que Uruguay tiene pocos jugadores altos, algunos cercanos a los 2 metros, lejos de varias potencias con todos sus jugadores por encima de esa altura. En un juego en el que la red es alta y el hacer que la pelota pique del otro lado es el objetivo, la altura es importante.

Este es uno de los factores que destaca Lucas Moccelini. Es jugador de piso, jugador de playa, entrenador de volley, y tiene 24 años. El otro factor clave es la distancia competitiva con el resto de los países, con una liga uruguaya que ni siquiera pertenece a su federación

La luz de esperanza es el volley playa: Uruguay estuvo cerca de clasificar a los jjoo de Tokio en 2021, pero quedó afuera contra Argentina. La diferencia es la facilidad de inversión, que permite apostar por 2 jugadores de playa en vez de 14 de piso.

Moccelini sostiene que en este país no se puede vivir del volley, y que apenas 1 uruguayo al año se va al exterior, y la mayoría vuelven por no poder adaptarse. Incluso, el jugador y entrenador no cree que en 5 años se vea a un Uruguay competitivo: hay que apostar al desarrollo

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Foto: Tenfield