Por Antonio Ladra 

La pelota llegó medio llovida contra un extremo del área, la recibe de espaldas, solo – un grave error de la defensa contraria que no puede dejar sin marca a ese delantero – encorva apenas el cuerpo, se eleva y le da un golpe seco al balón, lo hace con una ágil pirueta y ya en el aire, de reojo, ve que entra como una bala en el arco. Es gol. Golazo. En el estadio los asistentes bajan los brazos ya derrotados, solo un puñado lo festeja. En la cancha los jugadores de la camiseta roja bajan la cabeza, con vergüenza y desolación. Luis Suárez, sale corriendo con los brazos abiertos como alas y pronto queda sepultado bajo una piña de compañeros. Cuando se libera cumple con el ritual: lleva su mano derecha a los labios y reparte besos, uno por cada hijo y su esposa. Fue su gol 29 en las eliminatorias para un mundial de fútbol vistiendo la camiseta celeste. Es su último gol, él lo sabe, ya no podrá hacer más; para las próximas eliminatorias ya será demasiado grande y seguramente se habrá retirado de la práctica del fútbol.

En el Rincón del Cerro, en una chacra, José Mujica, el ex presidente camina despacio, con la mirada perdida, levanta una manguera, la coloca a un lado y se sube a un pequeño tractor y se pierde entre los terrones de tierra. Atrás quedó su último esfuerzo, su última batalla electoral tratando de sumar voluntades para el SI en el referéndum contra los 135 Artículos de la Ley de Urgente Consideración que forzó el Frente Amplio y el PIT CNT. No logró torcer la voluntad popular y le duele, pero ya ha perdido tantas batallas que sabe como levantarse. Ya tiene 86 años, el cuerpo no le da para más actos, para recibir palmadas en la espalda, apretones de mano, besos, fotos. Ya está cansado, pero igual hasta el 27 de marzo pasado estuvo en primera fila y, como dijo alguna vez, hace poco, si está vivo aunque sea arrastrándose y con bastón le gustaría hacer algún acto político para las elecciones del 2024.

En Punta Carretas, en una casa del estilo de la zona, Julio María Sanguinetti, dos veces ex presidente descansa tras su último esfuerzo militante para su Partido Colorado apoyando el NO en el referéndum por la Ley de Urgente Consideración. Está satisfecho, logró ganar aunque por poco margen, pero el sabe que lo que queda en la historia es que ganó, con los años eso es lo valioso, no importa si fue por 20 mil votos o un voto. Sanguinetti también tiene 86 años y esta fue su última batalla electoral. “He hecho esta campaña con alegría, con mucha convicción y estoy más o menos como (Luis) Suárez. De protagonista, esta es la última”. Una imagen suya, dando un discurso bajo lluvia, con un micrófono en la mano y empapado, quedó impregnada en las retinas de muchos como un símbolo de esos políticos de raza que ya no vienen así.

Foto: FocoUy