Nacional derrotó por 4-1 a Liverpool, en tiempo suplementario este domingo en el Estadio Centenario, en el marco del encuentro Semi-Final del Campeonato Uruguayo, con un Luis Suárez absolutamente fuera de todos los parámetros y el premio a algunas situaciones que sucedieron desde su llegada la institución.
En el primer tiempo, ni el salteño, ni Franco Fagúndez la tocaron. El que más intentó fue Alfonso Trezza que volvió a demostrar inconvenientes en la definición. Liverpool fue tímido hasta los 30 minutos, mientras el albo le manejaba la pelota. Cuando se animó Alan Medina impactó un remate bajo que Sergio Rochet se estiró cuan largo es para evitar la caída de su arco.
Suárez malhumorado tenía que serenarse en el entretiempo y de cara al segundo, con todo hablado y aparentemente resuelto en el vestuario, charla del entrenador mediante, llega una jugada que solo la jerarquía de futbolistas como la del pistolero, puede transformar en gol. Dejó por el camino a los dos zagueros y remató abriendo el pie para esquinarla en el palo más lejano de Sebastián Britos.
Liverpool no se rindió y se le vino arriba a su rival, que no estuvo fino en zona central de la defensa, y ante el desentendimiento de Mathías Laborda con Léo Cohelo, Medina robó y Rochet le cometió penal. Cambió por gol Thiago Vecino y el encuentro manejaba incertidumbre, hasta que llegó la expulsión de Federico Pereira que fue determinante.
El negriazul jugó los últimos minutos y todo el alargue con 10 hombres, mientras Repetto buscaba soluciones para ir a por el partido, con un hombre de más. Ingresaron Emmanuel Gigliotti y Leandro Lozano. Rápido como en el arranque del complemento, en el primer chico Suárez se inventó un recurso técnico sensacional para de media chilena inflar las redes del arco de la Colombes y poner el 2-1.
Si la final terminaba 2-1 y el tricolor se consagraba campeón con ese resultado, la película era la misma pero el protagonista único era Luis Suárez. Y a veces el fútbol, premia a la larga, a aquellos que entienden su rol, que si bien pelean por jugar, también son grandes jugadores cuando ven que delante hay un futbolista como Suárez.
Es el caso de Emmanuel Gigliotti, que llegó como el centrodelantero que reemplazaría a Gonzalo Bergessio. Todos hablaban al comienzo del año si sería lo mismo. Pero Nacional repartió goleo y gran artífice de ir conduciendo al equipo en el final del Apertura, el Intermedio y las copas internacionales, fue el exhombre de Boca e Independiente, entre otros.
Pero llegó Suárez, y Gigliotti, lejos de ponerse el sallo, le dijo al salteño, «toma la nueve y dale vos». Y jugó menos, comprendió que había uno delante que tenía que ser titular. Es un lugar reservado para pocos futbolistas pero la final no lo dejó a pata como se dice habitualmente en la jerga popular.
Marcó dos golazos y reventó una pelota en el caño, en el poco tiempo que estuvo en campo. Bajó la persiana y con el 4-1, Nacional levantó la Copa de campeón en este 2022.