El expreso de Guantánamo, Jihad Diyab, accedió a abandonar la huelga seca durante una semana, para dar tiempo al Gobierno a buscar una solución a su reclamo de encontrar un país musulmán que lo reciba. Sus allegados aclararon que no se trata de un avance en las negociaciones sino una respuesta «al pedido expreso de que no se muriera».
En conferencia de prensa realizada en la noche del pasado lunes, sus allegados explicaron que Diyab aceptó comenzar a ingerir líquidos por un plazo de una semana mientras continúan las negociaciones con el nexo con el gobierno Christian Mirza. Según aclararon la decisión no significa un acercamiento entre las partes, sino una respuesta al «pedido expreso de que no se muriera» por parte de los grupos que apoyan su reclamo.
La respuesta del Gobierno ante el emplazamiento de Diyab de viernes pasado sigue sin llegar, aunque el canciller Rodolfo Nin Novoa aprovecha el viaje a Nueva York para encontrar una salida a esta situación.
Mientras tanto, se conoció una entrevista que Diyab dio al canal estadounidense Democracy Now la semana pasada, pocas horas después de despertar del coma, en donde aseguró que le dolía el cuerpo, la cabeza y el estómago.
En la nota, el sirio fue consultado por la cárcel de Guantánamo y las decisiones del Gobierno de Estados Unidos. «Si Obama quiere cerrar Guantánamo lo puede hacer ahora», afirmó, y agregó: «Estados Unidos habla en los medios de derechos humanos. No existen nunca los derechos humanos para ellos», afirmó el refugiado.
Al respecto, contó cuando estando en Guantánamo inició una huelga de hambre, le colocaron una sonda nasogástrica. Eso quedó registrado en un video. «Si tú ves el video, eso no es humano», aseguró Diyab.
Sobre ese video, en este momento hay un reclamo judicial contra Estados Unidos para que lo difunda junto a otros materiales fílmicos que muestran cómo se trataba a los prisioneros de Guantánamo.