El escándalo estalló cuatro décadas después y la polémica se acrecienta. Una entrevista realizada en 2013 a Bernardo Bertolucci -que resurgió estos días- vuelve a agitar las aguas en Hollywood sobre una escena que se convirtió en un clásico del cine: la violación de Marlon Brando al personaje de Maria Schneider utilizando manteca en «Último tango en París».

El director había confesado que la escena no fue consensuada con la actriz, que por entonces tenía 19 años. «No quería que fingiese la humillación, quería que la sintiese», argumentó el cineasta. Ante la indignación tardía en redes sociales, y el director salió ayer a calmar las aguas y a desmentir aquella explicación. “Algunos han creído que ella no estaba informada de la violencia contra ella. Falso. María sabía todo. Consuela y a la vez aflige que haya gente aún tan naif que cree que lo que ve en el cine ocurre en la realidad. No saben que en el cine el sexo es (casi) siempre una ficción y probablemente creen que cada vez que John Wayne dispara a su enemigo, cae muerto de verdad”, argumentó en un comunicado.

Ahora es Miko Brando, el hijo del fallecido Marlon Brando, el que explotó ante las acusaciones de «monstruo» y «violador» (por parte de usuarios de redes y hasta de actores de Hollywood).«No es verdad. Es algo de hace 40 años y están recién hablando de eso ahora. No es verdad. No era un ser humano así. Mi padre estaría asqueado. No creo en las acusaciones», dijo a «TMZ».

Marlon Brando y Maria Schneider en una escena de "Último tango en París" (AFP)

Marlon Brando y Maria Schneider en una escena de «Último tango en París» (AFP)

Schneider sufrió un calvario después de ese filme: «No me gustaba ser famosa, para nada, y las drogas eran mi salida. Tomé pastillas e intenté suicidarme, pero sobreviví porque Dios decidió que no era mi hora de partir», reveló en 2007 durante una entrevista para el «Daily Mail». Según detalló, el «circo» y el frenesí la volvieron «loca».

Marlon murió en julio de 2004. Rey del método, reescribió las reglas de la actuación y, con su impactante sensualidad, redefinió a la estrella de cine masculina. Uno de sus roles más memorables fue la interpretación de un capo de la mafia en la saga «El Padrino» de Francis Ford Copola.

 

AGENCIAS