La velerista Dolores Moreira no para de marcar la historia celeste del deporte y con sus 18 años recién cumplidos hacer vibrar a un país entero con sus logros.

Este domingo volvió a escribir otra página de esas imborrables en su historial al quedarse con la medalla de bronce en la final de la World Cup Series (Copa del Mundo) que se realizó en España, un hecho inédito para un deportista celeste y que escribe a fuego su nombre en una de las competencias más importantes del mundo.

La sanducera lo hizo además como le gusta al amante del deporte uruguayo, de atrás y en remontada, ya que llegó a la Medal Race (última regata para las diez mejores de la cita) en la sexta colocación en la clasificación.

En esta última carrera dominó, mostró toda la personalidad que adorna su talento a sus temprana edad y a falta de una pierna venía primera cuando una polémica penalización la hizo perder algo de tiempo.

Igualmente se recompuso rápidamente y logró el segundo lugar en la Medal Race, detrás de la francesa Mathilde De Kerangat, algo de por si muy meritorio y sin precedentes.

Pero el premio que venía con eso era otra nueva consagración histórica, ya que minutos después se oficializó la general individual y Lola se coló en la tercera posición, desbancando a tres rivales y quedando en el podio de la gran final de la Copa del Mundo, donde sólo compitieron las mejores del planeta.

De allí en más todo fue alegría, felicidad, festejo, un premio para el trabajo de una familia incansable que la acompaña a la distancia siempre y el apoyo de un entrenador como Luis Chiapparro que es factor de sus grandes logros.

Hasta aquí Moreira es campeona mundial juvenil, medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto y primera clasificada a los Juegos Olímpico de Río de Janeiro, campeona sudamericana de la juventud y ahora tercera en la final de la Copa del Mundo.