En su último boletín, el Centro Nacional de Huracanes explica que se encuentra a 30 kilómetros al suroeste de Wilmington con vientos sostenidos de 130 kilómetros por hora.

Se espera que el huracán, que se debilitó este viernes a categoría 1 cuando estaba a apenas 70 kilómetros de la costa de EE UU, atraviese las Carolinas a lo largo del fin de semana antes de enfilar, debilitado, los Apalaches en dirección norte a principios de la próxima semana.

De momento no se han producido víctimas mortales pero sí importantes destrozos e inundaciones. Más de 400.000 personas se han quedado sin luz en el sureste del país, más de 372.000 de ellos en Carolina del Norte.

El gobernador de ese Estado, Roy Cooper, ha asegurado hoy que «la tormenta está causando estragos». «Nos enfrentamos a múltiples amenazas.

Estamos profundamente preocupados por comunidades enteras que podrían ser barridas», ha advertido.