Antonio Ladra, en su columna de actualidad “Lugar a dudas” en Fuentes Confiables, analizó el resultado de las elecciones internas.
Los resultados de la elección interna en cada partido son conocidos: Daniel Martínez en el Frente Amplio y Luis Lacalle Pou en el Partido Nacional y Ernesto Talvi en el Partido Colorado, fueron ungidos como candidatos.
La última imagen que me dejó este domingo fue una foto, aunque algo borrosa, del Partido Nacional con todos los precandidatos más o menos juntos, en el estrado, frente a la sede y de yapa, cuando nadie lo esperaba, un Lacalle Pou, que había logrado superar el 50% de los votos, pudo mostrar a quien será su compañera de fórmula: Beatriz Argimon. Esta decisión, como lo contó el propio Lacalle, tuvo el apoyo de los otros precandidatos. Gol de Luis en los descuentos.
BLANCOS EN POCAS PALABRAS
Lacalle Pou: una confirmación, ahora hay un candidato más maduro, con experiencia.
Jorge Larrañaga: un nuevo traspié, solo le queda campaña Vivir sin miedo y buscar un lugar en el Senado.
Juan Sartori: un fracaso, los votos más caros de historia. Se reveló como el verdadero “Pompita”.
Antía: fracaso, revolcón y un liderazgo en cuestión. Una candidatura sin sentido que afectó a Larrañaga.
FRENTE AMPLIO
El oficialismo tuvo el peor resultado (255.072 votos) desde 1999 cuando se inauguró el sistema de elecciones internas. El récord fue en 2009 con 492 mil votos enmarcado en la triple competencia entre José Mujica, Astori y Marcos Carámbula. Casi 50 mil votos menos que en 2014, cuando Vázquez le ganó a Constanza Moreira, a pesar de que ahora hubo cuatro precandidatos.
Daniel Martínez fue el precandidato más votado en todos los departamentos, aunque la correlación interna tuvo sus particularidades: los sectores más votados apoyaron a otros precandidatos.
El Movimiento de Participación Popular volvió a ser la primera mayoría, superando los 40 mil votos.
En segundo lugar, se ubicó el Partido Comunista, con poco más de 34 mil votos a nivel nacional, lo que se explicó en parte por el inesperado resultado de Oscar Andrade, que secundó a Martínez en tres departamentos.
El triunfo de Martínez puede explicarse por las 284 listas que presentó a nivel nacional, frente a las 118 de Cosse, las 100 de Andrade y las 80 de Bergara, y que actuaron como colectoras.
En Montevideo el oficialismo cosechó 125 mil votos. Fue en el único departamento donde triunfó, aunque con menos de 12 mil votos de ventaja frente al Partido Nacional.
CABILDO ABIERTO
La novel formación que lidera el ex comandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos, quien, sin tener una interna abierta, se posicionó como la cuarta fuerza política al conseguir 46 mil votos, fue otra novedad de la noche del domingo pasado.
Esta agrupación corporativa que he calificado de neofalagista, es un producto de la familia militar: entre uniformados, retirados, familiares y usuarios de sanidad militar hay cerca de 200 mil posibles electores (Botinelli dixit). Cabido Abierto se posicionó con un énfasis en temas de seguridad pública y pinceladas xenófobas. Bottinelli ha dicho que la “familia militar” es una base, pero no la explicación total de esta votación. De hecho, Manini Ríos terminó siendo un “aliado” de Talvi al sacarle votos a Julio María Sanguinetti en la interna colorada, pero no solo de ahí pescó, también le sacó votos a Edgardo Novick, y, en menor medida, le restó votos al Espacio 609, en el Frente Amplio. Un militar retirado, maninista me dijo que “la tropa que antes estaba con el mujiquismo ahora está con Guido (Manini)”.
LA HORA DE LAS FÓRMULAS
El Partido Nacional picó en punta con una fórmula potente. Beatriz Argimon tiene todo lo que reclamaba Lacalle: llegada a todos, incluso al Frente Amplio, experiencia, su carrera política empieza en la Junta Departamental de Montevideo, equilibrio en la interna, conocedora de las leyes, es escribana, militante feminista, fue una de las fundadoras de la «Red de mujeres políticas» y de la «bancada bicameral femenina» del parlamento uruguayo.
La conformación de las otras fórmulas de cara a la elección presidencial de octubre se mantiene todavía como una incógnita y es todavía objeto de debate, sobre todo en el oficialismo.
Y nunca como ahora la figura del vicepresidente aparece como algo muy importante. Para el Frente Amplio, en caso de ganar, el talante del vicepresidente será muy importante para tejer acuerdos no solo con la oposición que va a tener la mayoría en su conjunto, sino también hacia la interna del propio partido.
En el Frente Amplio, por decisión orgánica, la fórmula debe ser mixta. Cuando Martínez no confirmaba que Cosse podría acompañarla se estimaba que ya tenía un nombre a ofrecer, pero no ha sido así y en estas horas se ha dedicado a hacer rondas de consulta. Si bien Martínez no llegó a marcar más del 50%, lo que le hubiera dejado las manos totalmente libres, debería ser hora que el candidato mande una fuerte señal y de una vez por todas elija su compañera de fórmula. Está claro que Martínez no es un líder como Mujica o Vázquez y es cierto también que ha quedado preso de la pinza MPP-PCU y es con ellos que tiene que negociar. La verdad que el espectáculo que está dando el FA no es el mejor. Martínez no quiere a Cosse, pero hoy parece no tener elección y en las últimas horas el MPP, como la fuerza más votada en la interna del Frente Amplio apretó por una definición sobre la ex ministra para completar la fórmula. La pelota está en la cancha de Martínez ¿Tiene algún margen de maniobra? Si la acepta quedará ante la opinión pública como que se rindió a las presiones del MPP y eso va a sumar descontento y descreimiento y si no la acepta suma descontento entre el ala izquierda. Difícil escenario para Martínez, muy poco margen de maniobra. ¿Habrá alguna sorpresa?
En el Partido Colorado, Talvi tiene bajo siete llaves la decisión de quien debe ser el que lo acompañe, habiendo descartado ya a Sanguinetti. Han surgido algunos rumores como el de la joven abogada Carolina Ache. Otro nombre que se ha manejado, sobre todo a raíz de dichos del propio candidato, es el de Pedro Bordaberry. En una entrevista con El Observador publicada este martes, Talvi dejó entrever que Bordaberry le parece un mejor probable vicepresidente que Sanguinetti. Si Talvi optara por Bordaberry, seguro que perdería el electorado de centro y más aún, aquellos desencantados del FA que estarían dispuestos dar ese salto con Talvi y que no se han atrevido a hacerlo con Lacalle Pou.
Justamente en el partido Colorado se ha recordado en estos días a Bordaberry cuando en 2014 opto por un hombre de su sector, Germán Coutinho, en detrimento del sector batllista y que tuvo su influencia en la muy mala votación colorada en las elecciones de ese año (la segunda peor de la historia, solo superada por la debacle de 2004).
El diario El País maneja hoy el nombre del médico Ney Castillo, director técnico de la Fundación Pérez Scremini, y la magíster en Políticas Públicas, Carmen Sanguinetti, pero ambos integran el equipo técnico del área social de Ciudadanos, por lo que no se estaría contemplando a la otra parte del Partido Colorado, es decir los liderados por Sanguinetti y José Amorín Batlle.
REAFIRMACIÓN
Ahora que se pasó raya, esta elección interna si bien no fue la que despertó mayor atención en la población, no fue la peor y remontó la caída que se había registrado en la pasada elección.
Como sea, lo llamativo, ha sido la recuperación que ha habido en el nivel de votación, a pesar de varias situaciones que podrían haber afectado, desde el intenso frio, hasta el bajón por la eliminación de Uruguay de la Copa América o los discursos anti política que parece que se habían instalado entre la ciudadanía. Pero es evidente que ha habido una oferta partidaria como para entusiasmar, además de provocar cambios políticos, quizás los más importantes de los últimos años. Nueva dirigencia en el Partido Colorado con un candidato como Talvi, a quien seguramente lo han votado desde afuera de la tradicional colectividad colorada y un recambio en el Frente Amplio con la irrupción de nuevas sensibilidades.
Esta votación respaldó a la política en sí mismo, también al caer derrotadas las formas de populismo y de campaña sucia con la que intentaron, a golpe de billetera, llevarse por delante las formas más republicanas de hacer política.
Por eso para algunos memoriosos y mayores les recuerdo aquella serie televisiva y antes en papel de Isidoro Cañones, recordando a Juan Sartori.