Opinó que la visita de Lacalle Pou a Vázquez «fue lo más sensato de Lacalle».

Por estas horas, Mauricio Rosencof se encuentra en su casa en cuarentena voluntaria. En una entevista al Portal del PIT-CNT habló sobre el actual tiempo presente, las amnesias políticas selectivas de algunos medios de comunicación y el formato de cadena permanente al que apela el nuevo gobierno.

En relación a la visión de los sindicatos por parte de la sociedad Rosencof explica que los dirigentes del movimiento sindical son interpelados una y otra vez por los medios de comunicación, «sometidos sistemáticamente un día tras otro», en tono increpante.

«En todas las entrevistas se les cuestiona y se les pregunta si no hacen autocrítica, por esto, por aquello, por las cacerolas, o por lo que sea. El PIT-CNT hizo el caceroleo porque tiene muchos muertos atrás que cacerolearon, que pelearon, que lucharon, que fueron torturados y desaparecidos. Y las medidas de lucha para plantear sus reivindicaciones las resuelve el PIT con su gente y punto. Y no es una transgresión de nada. Puede hacer un caceroleo y muchos más y puede hacer lo que se le cante porque tiene una historia de militancia, de lucha, de resistencia. Cuando estábamos en el Penal de Libertad, mirábamos si flameaba o no la llamita de la Ancap», sostuvo.

El escritor y poeta considera que en la actualidad, la izquierda está «grogui» después del «sacudón» de haber perdido la elección en el balotaje de noviembre de 2019. «Por un lado no terminamos de saber exactamente dónde están las raíces (de ese resultado) y por otro, se percibe la sensación que hay un gobierno dirigido por una agencia de publicidad. Es muy difícil diagnosticarlo porque hay de todo en la casita que nos muestran, está acomodada y preparada con almohadones y todo lo demás», argumentó.

En las últimas dias se produjo la sorpresiva visita del presidente de la República, Luis Lacalle Pou al expresidente Tabaré Vázquez, para dialogar sobre el documento «Propuestas para un plan estratégico nacional en respuesta al impacto de la pandemia».

Para Rosencof, este encuentro cargado de simbolismo político, «es un hecho como para cantar el Himno. Fue lo más sensato de Lacalle y de los sensatos de su entorno que son visibles pero suenan a minoría. Han dado un paso hacia el futuro, donde los acuerdos nacionales y las políticas de Estado deben ser privilegiados en un país dividido en dos por equilibrio de adhesiones y marcados por nuestra historia, la de todos, que sentenció don José y que tanto subrayaba Seregni: ‘Uníos, caros, compatriotas’. El Uruguay es de todos y debe ser para todos», concluyó.

Fotos: Carlos Lebrato