Las autoridades del Ministerio de Ambiente tienen claro que algunas tecnologías que se analizan, como las boyas con ultrasonido, no tienen efecto en grandes superficies como el Río de la Plata.

Para saber más en profundidad sobre este tema dialogamos con la jefa del Departamento de  Evaluación Ambiental Integrada  del Ministerio de Ambiente,  Lizet De León.

Las cianobacterias son  organismos  combinan las características de bacteria y planta. Realizan fotosíntesis, es decir que  tienen la capacidad  de inyectar oxígeno en la atmósfera y permitir que se generare la capa de ozono.  Es decir forman parte de los ecosistemas y según Lizet » no se deben exterminar por completo, lo que se debe hacer es controlar su  reproducción.

Son de  los organismos fotosintetizadores aeróbicos más antiguos del planeta. Se originaron  hace aproximadamente 2 mil 700 millones de años. El incremento del volumen  de nutrientes como fósforo y nitrógeno en las aguas  como consecuencia de la agricultura y de otras  actividades industriales son una de las  la principales  causas del desarrollo de las floraciones de cianobacterias.

Por otra parte la construcción de embalses, también puede favorecer el crecimiento de cianobacterias, al generar agua estancada. Según un informe de la Universidad de la República, las cianobacterias se registraron por primera vez en Uruguay en 1982 y desde ahí  son algo frecuente.

Lo que sucede en verano es que con el aumento de temperatura, aumenta su actividad, estimula su crecimiento y como hay más horas de luz, tienen más tiempo para hacer fotosíntesis, alcanzando densidades más altas lo que las hace más visibles.

 

 

En 2019 se trabajó con varios investigadores nacionales en lo que se llamó Estrategia Nacional de Cianobacterias, para crear líneas de investigación que permitieran  prever su aparición. Ya que hay  que entender cuál es la causa y sus características para ver de qué manera lograr que no se reproduzcan tanto. Apuntan a atacar el problema de raíz entendiendo cuales son las causas que generan el aumento de presencia de nutrientes en las aguas.

Según explicó Lizet De León, a nivel del Ministerio de Ambiente, se detectó que las causas que generan aporte de nutrientes para su reproducción en cursos de agua, provienen en su mayoría  de fuentes “difusas”.

Estas son las que tienen que ver con  cómo se usa el suelo en las actividades agrícolas y ganaderas y en la fertilización. Esto quiere decir que para reducir  la concentración de nutrientes en el agua, se debe controlar el uso de fertilizantes en la agricultura. Por eso es importante también, el Ministerio de Ganadería, con un trabajo muy coordinado en las áreas productivas.

Los planes de uso y manejo del suelo son también importantes para reducir la llegada de nutrientes a los cursos de agua. Se proponen zonas donde de  no intervención alrededor de los cursos de agua. Otro de los factores que incide en el uso de determinadas técnicas es  la profundidad de las aguas.

 

 

 

Lo cierto es que hasta el momento ningún método es efectivo al 100%, y aún menos en  las grandes extensiones de agua. Los lugares donde se han aplicado métodos de combate a su reproducción con éxito, son  pequeños lagos y lagunas. Hay varias metodologías y técnicas que se venden para combatir su desarrollo “pero los fabricantes responsables avisan que nada es efectivo si no se controlan las causas que las originan” así lo indicó Lizet De León,  jefa del Departamento de Evaluación Ambiental Integrada  del Ministerio de Ambiente.

 

La técnica del ultrasonido, emitido por  un equipo que se coloca en una boya en  el agua. Se explica que esta frecuencia  evita la proliferación de las cianobacterias.  Afecta el movimiento vertical de las algas y debido al movimiento limitado, las mismas  no absorben suficiente luz solar y nutriente. Por lo tanto, no son capaces de realizar la fotosíntesis y no habría contaminación toxicológica.

 

Lizet De León, descarta que se logre tener éxito con este tipo de tecnologías, en una superficie tan grande y tan cambiante en cuanto a sus condiciones como  el Río de la Plata .Por “eso es fundamental estudiar y entender las casusas y las condiciones en que se dan esas floraciones” destacó. Para de alguna manera atacar el problema de raíz, desde el origen.

Hay varias metodologías y técnicas que se venden para combatir su desarrollo “pero los fabricantes responsables avisan que nada es efectivo si no se controlan las causas que las originan” así lo indicó Lizet De León,  jefa del Departamento de Evaluación Ambiental Integrada  del Ministerio de Ambiente.

 

 

Por otra parte dialogamos con el subsecretario del Ministerio de Ambiente,  Gerardo Amarilla quien  indicó que tienen claro que en el Río de la Plata “seguro que no”, en referencia a la eficacia de las boyas de ultrasonido para combatir la reproducción de cianobacterias. Amarilla agregó que esperan utilizar esta tecnología en lugares más pequeños como  Laguna del Sauce. El Ministerio de Ambiente trabaja en conjunto con OSE para ubicar estas boyas en diferentes embalses y estudiar su eficacia.

 

 

En cuanto a esta temporada de verano , Lizet De León , indicó a 970 noticias que “hay poca probabilidad de que se den grandes floraciones”. Su respuesta se sustenta en que “ la seca” en referencia al poco volumen de lluvias registrado en todo el territorio. La situación se plantea de la siguiente manera, al salir poca agua del Río Uruguay y Paraná, hacia el Río de la Plata, permite el ingreso de agua del océano y las condiciones de salinidad ayudan a controlar el desarrollo de floraciones de cianobacterias. De todas maneras se debe estudiar zonas puntuales que viertan nutrientes al río generando floraciones locales.

 

 

No todas las especies son toxicas, pero según nos explicó  cada vez que se analizan el 85% por ciento lo son. Pero además se recomienda que a pesar de que no lo sean  evitar tener  contacto con ellas ya que en esas altas densidades pueden contener otros organismos que pueden transferir enfermedades.

Por otra parte, según el informe del Ministerio de Ambiente, entrar en contacto con acumulaciones de cianobacterias puede generar desde malestares ligeros (irritación de piel y mucosas, náuseas, dolores de cabeza u oídos, vómitos), hasta dolencias agudas (diarrea dificultad respiratoria). Se detalla que los niños son especialmente sensibles debido a su bajo índice de masa corporal.

 

 

Una investigación realizada por científicos argentinos publicada en la revista Toxins en 2017 relata el caso de una pequeña de 20 meses argentina que se encontraba de vacaciones aquí  en Uruguay. La exposición a cianobacterias en las aguas de las playas de Carrasco y Malvin , le generó daños irreparables a nivel del hígado, tal fue la gravedad que debió ser trasplantada.

En la publicación se relata que pocas horas del último episodio de exposición a las algas la familia sufrió síntomas gastrointestinales que eran autolimitados, excepto en el caso de la niña, que fue ingresada en el hospital  aquí en Uruguay con diarrea, vómitos, fatiga e ictericia. Cinco  días después presentó insuficiencia hepática aguda. Fue derivada al Hospital Italiano de Buenos Aires, ingresada con encefalopatía y hepatomegalia de grado II-III y requiriendo asistencia respiratoria mecánica.

Las pruebas de  laboratorio mostraron anemia, coagulopatía y aumento de los niveles séricos de amonio, alanina aminotransferasa (ALT), aspartato aminotransferasa (AST) y bilirrubina.

Hepatitis Autoinmune Tipo II (AH-II) fue el diagnóstico inicial basado en un resultado positivo de anticuerpos microsómicos de riñón tipo 1 (LKM-1), y veinte días después se realizó un trasplante de hígado. La histopatología hepática había indicado necrosis hemorrágica en la zona 3, y colestasis y regeneración nodular, que no eran características de la AH-II.

El análisis de LC/ESI-HRMS (espectrometría de masas de alta resolución de ionización por electropulverización de cromatografía líquida) de los MC en el hígado explantado reveló la presencia de Microsytin-LR (MC-LR) (2,4 ng·gr-1 tejido) y [D-Leu1]MC-LR (75,4 ng·gr-1 tejido), que constituyen un nexo toxicológico e indican un papel preponderante de las microcistinas en el desarrollo de hepatitis fulminante.

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Foto: Gastón Britos / FocoUy