El Coronavirus afecta en todas  las ramas, genera brechas y deja salir a la luz las desigualdades. Las trabajadoras sexuales no escapan a esta realidad.

Con la llegada de la pandemia al país,  primero se bregó por el “quédate en casa” hoy desde el gobierno se dejó un poco de lado esto para  pasar al “mantenete en tu burbuja”. Expresión que indica que uno debe quedarse con los suyos, con los que convive día a día y evitar mantener contacto con personas que no son del ámbito familiar.  Y es ahí  donde comienzan las contradicciones y hacen parecer poco sostenible el trabajo sexual. Lo cierto es que hay trabajadoras que dependen de esto,  para como cualquier otro trabajador pagar las cuentas y llevar el plato de comida a sus casas.

En este informe dialogamos con algunas de las trabajadoras, encargadas de  whiskerías y otros actores involucrados  en el tema, para que nos comenten como se mantiene activo el trabajo sexual en estos momentos.

Karina Núñez,  presidenta de la organización que nuclea a las trabajadoras sexuales indicó que “el problema mayor es no estar dentro de las poblaciones contempladas para apoyos del estado,  es la mayor falencia y vulneración en este momento”.

Asegura que hay compañeras que tienen  problemas de pago de alquileres y en la calidad alimenticia, las cuales  según Núñez “vienen subsistiendo gracias a la colaboración de la gente”. En la actualidad reciben el apoyo de Canastas.uy  y  Uruguay adelante, organización que apoya a 180 ollas populares de la capital. También desde la Intendencia de Montevideo,  se comprometieron a colaborar con más insumos y llegar  así a 40 trabajadoras ya que al momento alcanzan tan solo  a 20.

 

PROTOCOLO PARA EL TRABAJO

Se creó en conjunto con el Ministerio de Salud Pública,  en noviembre del 2020 un protocolo.  Pero el mismo hasta el momento  no está aprobado.  Dentro de las pautas  indica que aquellas trabajadoras que  brindan sus servicios en  espacios cerrados,  deben pedir a los clientes que utilicen tapabocas, se pide el uso de alcohol en gel y lavado de manos. Karina explica a 970 noticias que la  posición recomendada  para ofrecer el servicio es “ la del perrito,  para de esta manera  evitar la respiración de partículas en el aire”. Por otra parte el protocolo establece  cambiar las  sábanas después de cada cliente  y ventilar los espacios. Quienes  trabajan al aire libre también deben  usar tapabocas explicó Karina Núñez.

Lo cierto es que se trabaja en base a un protocolo que no está aprobado por el Ministerio de Salud Pública, pero según Karina “si esperamos por la burocracia las compañeras estarían todas enfermas”.  Destaca que  hay compañeras “que no les queda otra que salir a trabajar porque no tienen un soporte para que se queden en sus casas”.

Otro de los reclamos de Karina es que hasta ayer lunes,  de las 174 trabajadoras a las que brindan apoyo y a las cuales  exhortaron a que se vacunen,  solo  dos lograron inocularse  contra el Covid-19.  Por otra parte destaca que hasta el momento  ninguna  se ha contagiado el virus.

 

TRAS EL AUEMNTO DE CASOS,  EL FAMOSO PROSTÍBULO LA CASA DE NANÁ CIERRA SUS PUERTAS EN SEMANA DE TURISMO

Nelly María  González, conocida por todos como Naná y ser  la dueña del prostíbulo más famoso del país,  resolvió cerrar las puertas del negocio durante la semana de Turismo.  La Casa de Naná, ya  estuvo cerrada cerca de 8 meses con la llegada de la pandemia. Este año a pedido de los clientes y por la necesidad de “las chicas” la casa  abrió sus puertas. Hoy tras el aumento de casos y las recomendaciones del gobierno, La Casa de Naná cerrará sus puertas.

Según indicó “nadie se anima a cerrar” pero  tomó esta medida para no generar contagios. Sus trabajadoras  lo entendieron bien “ya que entre la salud y el trabajo vamos por la salud” dijo Naná. Indicó que la decisión de cerrar es  de cada empresa  y por su parte no considera que los servicios que se brindan en su casa “sean imprescindibles”. Dijo que lo que quiere  es “salud y paz en nuestro país”.

Con el uso del tapabocas  y sumado a  no tener contagios, saca sus conclusiones y concluye  que “el  asunto es la boca y la nariz, en lo sexual no hay problema”. Mientras recuerda todas las medidas de prevención, compara el ingreso “como entrar a la estratosfera”. En esa línea, se pregunta cómo  es posible que en su casa no hayan tenido contagios y si por ejemplo se den  en un casamiento,  “una suerte nacional tenemos” expresó  automáticamente.

Naná,  expresa su felicidad por que se vacunó en la mañana del lunes y  dice que “la solución es la vacuna y todos nos tenemos que vacunar para que termine todo esto”. Agregó que  “si todos nos vacunamos y logramos menos contagios  somos Pelé, lo que no queremos es morirnos”.

Está de acuerdo “totalmente” con el gobierno en cuanto al manejo de la pandemia. Concuerda con el plan de vacunación “la embocaron tienen toda la razón del mundo”.

La llegada de la pandemia, trajo con ella una nueva realidad también para las Whiskerías. Dialogamos con encargadas de algunas de las más conocidas de la capital y nos hablaron de bajas de entre un 50% y 80% del trabajo.  Todas cerraron luego de decretada la emergencia sanitaria en marzo del 2020. Algunos lugares cerraron sus puertas hasta 4 meses, pero hoy con el aumento de casos sufrido en estos últimos 15 días no consideran cerrar nuevamente sus puertas.

Otras trabajadoras deciden hacerlo por su cuenta y resuelven hacerse cargo de un lugar propio donde ofrecer sus servicios como trabajadoras sexuales.  En diferentes páginas de internet se puede encontrar a estas mujeres que ofrecen sus servicios. Dialogamos con algunas de ellas para que nos contaran sus experiencias,   miedos y como es ofrecer un servicio sexual en pandemia.

La respuesta en todas es la misma,  la actividad puede parar pero “las cuentas siguen llegando y hay que pagarlas”. Todas coinciden en que respetaron la cuarentena en marzo del 2020 pero después “como todos tuvieron que salir a trabajar”.

Ninguna de estas mujeres con las que nos contactamos han contraído Covid-19 y ninguna ha hecho cuarentena por contacto. Su realidad no escapa el resto de la sociedad y el trabajo bajó hasta un 50%, además  en años anteriores contaban con el plus de los clientes extranjeros, quienes hoy ya no están.  Algunas suspendieron  el servicio a domicilio y otras afirman que “es lo mismo por que el virus no elige lugar”. Todas afirman que utilizan el tapabocas durante todo el encuentro con el cliente.

Por otra parte también todas coinciden en que los clientes toman a bien  las medidas ya que entienden que es con el fin de cuidarse no solo ellas sino también a ellos.

Dialogamos presencialmente en su departamento aquí en Montevideo con Rita, quien nos contó su experiencia de  como  es vivir del trabajo sexual en pandemia. Trabaja desde hace seis años en el rubro, comenzó “de grande” luego de terminar su matrimonio. Es jefa de hogar y se hace cargo de sus hijos que ya no son pequeños, todos estudian. Concretada la entrevista de manera presencial (ya que desconfiaba hablar por teléfono «todo se hace viral» me dijo un día mientras coordinábamos) finalmente me dirijo a su consultorio donde atiende a sus clientes, en la zona del Centro.

Me recibe con  tapabocas, solicita que me saque los zapatos y  me sirve alcohol en gel. Después de mostrarme la habitación donde atiende a sus clientes  entiendo por qué utiliza la palabra “consultorio”. Ambienta la habitación con luces tenues,  música ambiente e  inciensos, el lugar es cálido y hay además, una cama de una plaza y  una camilla para  hacer masajes.  Cuenta con  otros aparatos que no deduzco para que son y en ese momento me explica que ofrece a los caballeros masajes, piedras calientes, drenaje linfático, reflexología, pedicuría, depilación, limpieza de cutis, exfoliación corporal, tal como si fuera un verdadero  Spa. Quienes concurren, por una tarifa extra  luego de cualquiera de estos servicios le pueden solicitar mantener una relación sexual.

En nuestra conversación me indica que no es votante de Lacalle Pou y me hace entender que no está de acuerdo con su forma de gobernar ni con el manejo de la pandemia. Se considera una persona informada,  mira los informativos, escucha radio y tiene Twitter , para enterarse de  las  noticias. El recuerdo que se le viene a la mente de aquel  marzo 2020,  cuando se anunciaba la emergencia sanitaria, es una larga fila de personas con la  que se  encontró en una farmacia, todos para comprar alcohol en gel y tapabocas.  En ese entonces según Rita,  el trabajo cayó  un 50%, muchos clientes dejaron de ir y ella entiende que fue por miedo y por la mala situación económica.

Por una historia personal que ella me confió, sus hijos saben a qué se dedica. Durante este tiempo recibió el planteo por parte de ellos, de que “sentían miedo por su salud”. Ella me indica que también tuvo miedo pero no puede  dejar de trabajar porque “las cuantas hay que pagarlas”.  Rita mantiene dos casas una donde trabaja y la otra donde vive con sus hijos.

Es muy rigurosa con la limpieza y por eso hay cosas que no tuvo que comenzar a hacer porque ya las hacía antes de la pandemia.

El cliente que visita a Rita,  debe usar tapabocas en todo momento, incluso si la atención implica mantener una relación sexual «yo no hago tratos de novios» me expresa reafirmando  el solicitar  el uso de tapabocas durante toda la atención. Sus clientes al momento de ingresar,  además de quitarse los zapatos,  se deben lavar las manos y también se pueden bañar.

La camilla donde realiza los masajes está cubierta por una sabana de TNT la cual cambia antes  de atender a cada cliente. Está considerando comprar un termómetro para también tomar la temperatura. Hasta el momento no se ha hisopado y no se ha enterado de haber estado en contacto con alguna persona con resultado positivo a Covid-19. Comenzó   alquilando el lugar sola, pero actualmente comparte el espacio  con una mujer de nacionalidad extranjera.  Juntas pagan el alquiler y según indica Rita, su compañera  toma las mismas medidas y cuidados.

Después de la emergencia sanitaria en marzo  y de asumir una baja del 50% de trabajo,  las cosas se fueron normalizando para Rita. Ella valora que le llegaron muchos clientes por recomendación ya que sus servicios cumplen con varias normas de sanidad.

Durante los últimos meses del 2020 cuando aumentaron los casos y algunos expertos decían que vivíamos la primera ola, no notó un cambio importante de trabajo. A pesar de que desde marzo del 2020 las cosas fueron mejorando,  lamenta haber perdido a los clientes extranjeros.

Pone  como ejemplo un cliente inglés, al cual recuerda con mucho afecto,  destaca sus cualidades  de caballero, de «lord inglés”. Trabajando con clientes extranjeros quienes ya no vienen, obviamente por las diferentes restricciones de entrada al país, Rita ganaba hasta 100 dólares por hora.

Hoy tras el aumento de casos  y las nuevas medidas anunciadas por el gobierno, sus clientes nuevamente dejaron de llamarla. Al comienzo de semana de Turismo su compañera extranjera se quedó en la casa ya que no tenía en agenda  a ningún cliente. Rita por el momento a pesar de la mala situación que hoy la vuelve a afectar en su trabajo,  continúa destacando su necesidad de trabajar y cree que tiene que vivir “día a día” evaluando que sucede.

Me destaca que  realiza sus aportes y también y cumple con  los controles para tener al día el carné de trabajadora sexual.  En esa línea me hace  el reclamo de que las trabajadoras “están muy  abandonadas  y que los controles antes eran todos los meses y ahora son cada seis”.

No participa del sindicato de trabajadoras, pero estuvo en un grupo de whatsapp  durante la pandemia,  mientras se organizaban  para hacer sus reclamos. Pero “de forma amable la sacaron del grupo”. En este grupo mantuvieron desencuentros ya que Rita considera que sería “una atrevida” si solicitara  una canasta de alimentos. Sobre la vacuna no tiene mayores expectativas, cree que el tapabocas llegó para quedarse así como las medidas de seguridad no farmacológicas. Por otra parte me indica que no se va a vacunar porque “no le genera confianza”.

 

Efecto de la pandemia

Rita es de Peñarol, en un clásico gritó tanto uno de los goles que se dañó la garganta. Un cliente la llamó para coordinar un encuentro y al notarla con la voz rara sintió miedo. Le preguntó si estaba enferma, le explicó la situación pero el cliente prefirió no ir.

EL INFORME COMPLETO AQUÍ

Foto: Afroféminas.com