El entrenador aprovechó la ocasión para observar nueva piezas
Diego Alonso modificó la estructura del equipo para el inicio, con tres zagueros y dos carrileros, probablemente para intentar controlar la velocidad y ductilidad de los norteamericanos, sobretodo por las bandas, y con la clase de Christian Pulisic para el pase final.
Uruguay arrancó mejor, con tres posibilidades en 10 minutos, y una buena ala por derecha como Guillermo Varela, clave para finalizar la acción, que se iniciaba por izquierda, con un cambio de frente mediante para buscar la sorpresa.
Sin embargo, el equipo local con DeAndre Yedlin y Tim Weah, hicieron crecer a los dirigidos por Gregg Behalter. Fueron incontrolables por Matías Viña y José María Giménez. Pese a eso, en defensa, cuando la celeste ejerció presión alta en área rival, dejó en evidencia desatenciones del fondo y el arquero Sean Johnson.
Ambos equipos tuvieron por lo menos cinco chances de marcar. Un elenco alternativo de la selección nacional, con la participación de titulares habituales como Godín, Giménez que salió lesionado y Darwin Núñez, tuvo un rendimiento aceptable.
En el complemento, Estados Unidos ofreció variantes y fue un alivio para la defensa celeste, la salida de Weah. Alonso mantuvo la línea y la estructura del equipo, con diferentes intérpretes, a lo largo del desarrollo del mismo.
Fernando Gorriarán y Maxi Gómez fueron los puntos flojos dentro de un funcionamiento, que no fue extraordinario. Con las modificaciones fue perdiendo peso el encuentro.
Fernando Muslera retornó al arco de Uruguay, Martín Cáceres cumplió con su rendimiento, y Darwin Núñez fue entusiasta para moverse en ataque. Por ahí pasó lo más relevante del seleccionado nacional. En el final Edinson Cavani pudo marcar el gol del triunfo en el final.