El Dr. Juan Romero se encuentra en estos momentos ejerciendo interinamente la dirección del CENUR Litoral Norte (ex Regional Norte). Dialogamos con él sobre la significación de la universidad pública en la región en estos 60 años de vida y sobre los desafíos que hay por delante.

– 60 años del inicio de cursos universitarios en Salto, ¿qué reflexión puede hacer del desarrollo de la sede universitaria?
– Más que personal le comentó una reflexión que se viene haciendo a nivel institucional. Es un año de celebración, de memoria y también de plantearse desafíos nuevos. No hay una fecha concreta, pero por lo que las fuentes vivas nos informan, que dos de ellas integran la comisión de festejos, que es el Dr. Carlos Texeira y el Esc. Enrique Cesio, el 4 de mayo de 1957 se iniciaron los cursos universitarios de la Facultad de Derecho en calle Brasil 1265, donde hoy es la sede de INEFOP. Para nosotros es la fecha histórica para tener un referente del inicio de la actividad universitaria pública en el medio.

60 años pareciera que fuese mucho, pero es poco también. Claro, si uno lo pone en perspectiva, dice que hoy tenemos casi 6 mil estudiantes activos, 400 docentes, el 80% de esos docentes están radicados, laboratorios de investigación, se otorgan 32 títulos entre licenciaturas de carreras cortas, tecnicaturas de carreras largas de más de 4 años. O sea, hay una variedad que si uno lo compara con los 60 años piensa en todo lo que se hizo, donde tenemos un local propio, dentro de un año y medio vamos a tener seguramente el primer laboratorio de protección nivel de bioseguridad 3 en el país, que va a permitirle, no a Salto sino al país, poder desarrollarse en vacunas y en investigación a otro nivel, que esperemos que en definitiva pueda redundar en la salud de toda la gente.
Vemos el recorrido y se aprecia que se ha avanzado, pero todavía no es suficiente porque el crecer implica nuevos desafíos desde el punto de vista académico y de infraestructura. Entonces hoy, lo que fue proyectado hace 15 años, cuando el Dr. Jorge Batlle vino a inaugurar junto con el Esc. Malaquina, cuando el director era Aníbal Núñez, el edificio nuevo completo, hoy ya quedó chico. Estamos alquilando una serie de locales en la ciudad, y la idea es seguir creciendo hacia calle Cerrito, con un edificio exclusivamente de salones. Son parte de los desafíos que se plantean para el futuro.

– Una propuesta académica que en algunas carreras reitera lo clásico pero también ha innovado en carreras exclusivas que solo se dictan en Salto.
– Sucede que hoy la antigua Regional Norte tiene capacidades autonómicas que antes no tenía, puede desarrollar carreras propias, puede seguir replicando los servicios universitarios tradicionales que se hacían en Salto. Estas carreras son, por ejemplo, la licenciatura en Ciencias Hídricas, única en el país y se hace en Salto. La de Biología Humana, la de Ciencias Sociales también. Ahora estamos comenzando a expandirnos en materia de posgrados, como el diploma en Inclusión Social Educativa, el diploma en Diabetología, la maestría en Metodología en Investigación Avanzada en Ciencias Sociales.
Así que hay carreras que son propias, hay carreras que son las que ya se dictan y que tenemos que ser muy claros, abarcan las tres áreas del conocimiento que tiene la UdelaR, el área social y artística, el área tecnológica y el área biológica. Por ejemplo, el ciclo inicial del área social y artística tiene el primer año en común para muchas Facultades, dentro de ellas Ciencias Económicas. Entonces, el primer año de Contador Público y la Licenciatura en Economía se puede hacer acá. Los estudios nos muestran que el primer año es el más difícil para los estudiantes, sobre todo para los del interior que en el primer año te tenés que adaptar, y muchos terminan desertando porque no se logran integrar. Entonces, es muy importante que lo inicien.
Así que en materias de grado tenemos carreras propias y carreras que ya se venían haciendo, pero con el desafío que no tenemos que pensar solo en Salto, tenemos que pensar en la región por integrar un CENUR. Tenemos que pensar en Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro. Hoy tenemos una realidad institucional muy diferente que 30 años atrás cuando ingresé en la universidad, y eso implica desafíos nuevos. Eso se refleja luego en materia presupuestal, que necesitamos más presupuesto, y no por una cuestión antojadiza sino porque se necesita más infraestructura edilicia, más docentes, más capacidad en los laboratorios, etcétera.

– Desde el punto de vista de la generación de conocimiento y de la inserción de la universidad en la sociedad a través de políticas de extensión, ¿cómo han sido estos 60 años?
– El año pasado se hizo una rendición de cuentas donde se pueden ver datos que sorprenden, y eso que en esa rendición no se fue del todo exhaustivo que se debió ser. Por ejemplo, en materia de extensión, hay convenios con una infinidad de Ministerios, desde el análisis de la leishmaniasis hasta la participación en la Junta Departamental de Drogas con diferentes estudios que posibilitaron inaugurar el centro de atención que está en calle Bilbao. Hay trabajos también en el tema de vivienda, de salud, ni qué hablar el trabajo de extensión que hace tanto el Consultorio Jurídico como la Clínica Notarial atendiendo a centenares de personas, no solamente en Salto sino fuera del departamento también. Entonces, en el área de extensión, tenemos prácticamente todas las áreas de conocimiento cubiertas.
En materia de investigación, ha habido un salto en los últimos años porque se han inaugurado una serie de laboratorios, por decir algunos más destacados que han salido en la prensa, está el laboratorio de energía solar en Salto Grande, el futuro laboratorio de ciencias biológicas que estará en calle Misiones que recién comentábamos, laboratorios de investigación en el área de Inmunología en el área de Genética Humana, que se está haciendo, y después toda el área social que ya es tradicional.
En números, la Universidad de la República genera el 80% del conocimiento en el país. Recientemente la Comisión Sectorial de Investigación Científica hizo un llamado para proyectos de investigación y desarrollo, se presentaron 588 proyectos y se aprobaron aproximadamente unos 200, de los cuales el 11% corresponden a la sede Salto del CENUR, si lo sumamos con los de Paysandú, estamos en un 20% de proyectos, que se concentran básicamente en las áreas biológicas y tecnológicas, hay algunos aprobados en el área social.
Lo que se puede decir es que de ese 80% de generación de conocimiento que se produce en Uruguay, aproximadamente entre un 10 o un 15% se genera en esta región. Cuando uno mira la participación en artículos, congresos internacionales y demás, es destacado en unas 80 publicaciones en el exterior, más de 50 docentes han participado en congresos internacionales. Somos el primer centro universitario de los diferentes CENURes que hay, que está de punta en términos de investigación y desarrollo. Lo que sucede, es que la investigación y el desarrollo lleva tiempo ver la aplicación cotidiana. Descubrir una vacuna lleva sus años, porque no es inaugurar un puente ni poner una lamparita de luz, lleva muchos años la investigación y luego aparecen los resultados. Pero esa investigación ya se está haciendo acá.

Y en enseñanza, bueno, todo lo que hemos hablado, el crecimiento en la parte de grado y ahora en la parte de posgrados. Se están formando profesionales de alta calidad, y lo vemos porque muchos de ellos terminan insertándose luego en el exterior.
– Pensando en el futuro, en el terreno de los desafíos, ¿puede estar el proyectar una universidad autónoma del norte?
– Hay que generar las condiciones. Cuando salimos y conversamos con colegas de otros lugares, la Universidad de Música, por ejemplo, que es una universidad muy buena en España, que debe estar dentro de las primeras 100 universidades europeas, tiene 15 mil estudiantes. En noviembre estuvimos en la Universidad Nacional de Santiago del Estero donde tienen 10 mil estudiantes.
Y nosotros estamos llegando a los 6 mil activos, o sea que dan exámenes y que van a clases. Entonces, cuando planteaba eso lo hacía en términos totalmente personales pero entre un conjunto de «locos» que pensamos que si se van generando las condiciones académicas, porque tampoco es una cuestión de salir al grito a ponerte un título que no te corresponde, sino de demostrar que realmente tenés las condiciones necesarias, ¿por qué no podemos pensar que de acá a 20 o 30 años podemos ser la tercera universidad pública del Uruguay? ¿Por qué no podemos pensar en la Universidad Nacional del Litoral Norte de Uruguay?
Ahora, no es una cuestión de decirlo, hay que demostrarlo.
Yo puedo decir que juego muy bien al fútbol, pero si me comparo con Messi soy un perro (risas).
Entonces, hay que demostrar que se está en condiciones, y para eso hay que demostrarlo en términos académicos, generando el mejor conocimiento, de punta en nuestro país con impacto a nivel internacional, y eso pasa por la calificación de los docentes, porque ya no se habla de los docentes que tienen grado, estamos hablando de profesionales que tienen sus doctorados y algunos con posdoctorados completados.
O sea que hay que tener un plantel académico de primer nivel, que lo ha demostrado y que forma parte de la comunidad científica.
Hoy tenemos a la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, y los que integran el sistema nacional de investigadores han sido evaluados por sus pares y por pares internacionales, forman parte de esa comunidad científica de unos 1500 investigadores en Uruguay.
Entonces, hay que ver cuántos somos del CENUR integrando esa comunidad, porque son nuestros pares lo que nos tienen que evaluar y decirnos si estamos en condiciones de emprender vuelo con alas propias.
Pero eso en lo académico, luego tenemos que ver las condiciones de infraestructura, tener más salones, mejores laboratorios, actualizados en materia de equipamiento y tecnología. Y en tercer lugar, todo eso no puede funcionar si no existe un equipo de funcionarios que estén calificados para gestionar de 30 a 60 millones de dólares, que es lo que puede costar una universidad propia.