La noticia está generando mucho debate estos días. La Corte Suprema de Estados Unidos ha ratificado la ley estatal de California que prohíbe tanto la producción como la comercialización del foie gras y otros productos derivados del engorde forzado de aves, poniendo fin a una larga pugna legal entre los defensores de los animales y los fabricantes. No tardó en saltar Francia a la palestra, asegurando que esta ley es una “agresión a la tradición francesa”.Organizaciones animalistas como PETA, por contra, han celebrado la decisión.

Muchos países europeos como Luxemburgo, Noruega, Suiza, Dinamarca, Holanda, Polonia, Finlandia, Alemania, Inglaterra o Italia (entre otros) prohíben la producción de foie de pato u oca, pero la normativa europea lo permite si se cumplen unos requisitos de bienestar animal -unos mínimos que según los animalistas se incumplen en ocasiones-.

En España se permite su producción, y según datos de la Federación Europea del Foie Gras, nuestro país elabora el 2% del foie que se consume en el mundo. No producimos grandes cifras, en cambio somos el segundo país del mundo en cuanto a consumo, en 2016 se vendieron hasta 3.240 toneladas de este producto. Esa misma asociación de productores europeos asegura que el sector genera más de 50.000 empleos directos en la UE, y factura unos 4.000 millones de euros.

En Can Munnar, productores de foie y otros elaborados del pato, en l’Empordà, sacrifican entre 175 y 200 aves a la semana aproximadamente y alimentan a sus aves con maíz. Pero ven difícil la continuidad del negocio, aunque no por una posible prohibición de este alimento. “No creo que la producción de foie se llegue a vetar, pero puede que se deje de producir por la dificultad de seguir con la actividad. La restrictiva normativa europea y la competencia de los países de Europa del Este -con productos muy baratos pero de peor calidad- nos lo ponen difícil”, nos cuenta Narcís Solés, propietario de la empresa.

La Patería de Sousa, en la aldea de Pallares (Badajoz) es todo un referente, el único productor ecológico de foie gras en todo el mundo. Sus aves viven en total libertad y no son sometidas a ninguna alimentación forzada. “Nuestros foies se podrán vender en California, porque los hacemos de forma totalmente natural y estacional. Sacrificamos a los animales en invierno, cuando van a emigrar y tienen toda su grasa natural acumulada”, nos cuenta Eduardo Sousa, propietario de la granja, cuya actividad se remonta a 1812.

Sousa reconoce que el método de la alimentación a la fuerza es una “aberración”, pero está en contra de los vetos. “No creo que se deba prohibir el foie gras. Afortunadamente cada vez tenemos una sociedad más inteligente que pide foie gras natural, por eso la demanda de nuestro producto crece cada día. Más que prohibir creo que hay que informar y que el consumidor libremente decida. Poco a poco irán desapareciendo las granjas cuya manera de trabajar no sea bien acogida”, asegura. Su forma natural y libre de criar a las aves es una excepción y sólo matan unos 2.000 gansos al año.

Javier Moreno, cofundador y director en España de esta asociación por los derechos de los animales, valora muy positivamente la noticia que llega de California. “Hicimos la primera investigación sobre la producción de foie en España, en 2012, y mostramos la crueldad del cebado de las aves, una tortura. Por eso pedimos tanto la prohibición de la producción como de la comercialización del foie, dos medidas que van conjuntas para conseguir que sea una norma efectiva”.

Por eso creen que es importante la decisión judicial en California que veta ambas actividades. “La India, gracias a una de nuestras campañas, fue el primer país que prohibió la importación de foie”, cuenta Moreno, quien asegura que en nuestro país ya existe la suficiente concienciación ciudadana para llevar a cabo las prohibiciones.

En el PACMA, Partido Animalista, también tienen clara la reivindicación. Laura Duarte, portavoz, asegura que “lo que ha ocurrido en California es una excelente noticia y confirma una tendencia que hace años que empezó en Europa, donde sólo cinco países producen y exportan foie, entre ellos España”. El motivo de sus reivindicaciones es la propia esencia de este producto, “que comporta una extrema crueldad ya que se produce alimentando a los gansos de forma forzada para hipertrofiar su hígado”, explica.